Titulo original: Shutter Island
Año: 2010
País: EE.UU.
Duración: 138 min.
Dirección: Martin Scorsese
Guión: Laeta Kalogridis, basado en una novela de Dennis Lehane.
Música:
Robbie Robertson.
Intérpretes
Leonardo DiCaprio, Mark Ruffalo, Ben Kingsley, Emily Mortimer, Michelle Williams, Max von Sydow, Patricia Clarkson, Jackie Earle Haley, Ruby Jerins, Drew Beasley, Ken Cheeseman, Curtiss Cook, Christopher Denham, Gary Galone, Tom Kemp, Elias Koteas, Ted Levine, Dennis Lynch, John Carroll Lynch, Robert Masiello, Joseph McKenna, Aidan Cole Mitchell, Nellie Sciutto, Gregory Seymore, Joseph Sikora, Damian Zuk, Leigh Belair, Steve Bocsi, Daniel Burress, Patrick Canty, Jeffrey Corazzini, Matthew Cowles, David J. Garfield, Rob W. Gray, Dane Grigas, Cody Harter, Chris Henderson, Mark Hetherington, Michael Kelly, Joseph Lavallee, Jerrell Lee, Paul Locke, Daniel Lowney, Dan Marshall, Morgan O`Brien, John Porell, Americo Presciutti, Steve Ricard, Andy Rogala, Eric Rollins, Skip Shea, Billy Silvia, Matt Smith, Emily Sarah Stikeman, Mike Wendt y Bates Wilder.
Premios
Seleccionada fuera de concurso para el Festival Internacional de Cine de Berlín
Sinopsis
Año 1954. El agente federal Edward Daniels (Leonardo Di Caprio), conocido como Teddy, un veterano de guerra convertido en miembro del FBI, se dirige a Shutter Island, donde está el Correccional Psiquiátrico Ashecliffe, en compañía de su compañero Chuck Aule (Mark Ruffalo). En el lugar perciben que no son excesivamente bien recibidos y que el centro oculta más de un misterio. Mientras una tormenta amenaza con aislar la isla del mundo exterior, los agentes deben descubrir que le ha ocurrido a la paciente número 67, Rachel Solando (Emily Mortimer), una asesina demente que ha desaparecido del lugar sin dejar rastro alguno. En el psiquiátrico interrogan al principal responsable médico del lugar, el doctor John Crawley (Ben Kingsley), cuya aparente amabilidad resulta de lo más sospechosa. También hablan con el doctor Jeremiah Naering (Max Von Sydow), con McPherson (John Carroll Lynch), el encargado de la seguridad, y con el alcaide de la cárcel, Warden (Ted Levine). Teddy y Aule también tienen oportunidad de contactar con algunos de los prisisioneros, como el siniestro George Noyce (Jackie Earle Haley). Durante la investigación no solo queda claro que lo que sucede en Shutter Island está lleno de misterios a punto de estallar. Todo ello influye en Teddy, que vivió la liberación del campo nazi de Dachau y que sufrió la pérdida de su esposa Dolores (Michelle Williams, le incita a actuar de modo violento e insospechado. Daniels logrará que le dejen solo y comienza a husmear por el Pabellón C, el de los enfermos más peligrosos, donde encuentra a Andrew Laeddis (Elias Koteas), un viejo conocido suyo.
Comentario
Naturalmente que un cinéfilo declarado como Scorsese busca afinidades con sus antecesores; la misma productora se empeña en ligar “Shutter Island” con Orson Welles, Nicholas Ray, Val Lewton, Preminger… pero no necesita esos vínculos: ver esta última película es ver a las claras la “cabeza rodadora” (que no rodante) del propio Scorsese, recordar en un abrir y cerrar de ojos al enajenado Travis Bickle de “Taxi Driver”, al irreductible Jake La Motta de “Toro Salvaje” o -por ponerle la cara de DiCaprio- al obsesivo Howard Hughes de “El aviador” o al angustiado Billy Costigan de “Infiltrados”… siempre, en definitiva, personajes extremos; rastreados, perseguidos, y felizmente cazados por el ojo perspicaz y compasivo de su director. Scorsese es un cronista del “americanismo”, un sabueso de las identidades, un notario de los desgarros bélicos, un retratista de los abusos y los horrores…y por encima de todo un excepcional cineasta y narrador que convierte su relato en Arte. Ha logrado un reparto soberbio (DiCaprio se sale) una puesta en escena impoluta, un compás preciso, y una buena historia, la de Dennis Lehane, que se adapta como un guante a sus constantes, a sus obsesiones, y que están en el corazón del relato: negro intenso y culpa. Claro que el buffet lo sirve Scorsese y la fórmula gana tanto que Lehane triunfa, una vez más, a la sombra del cine. Si hay un reparo que anotar a la hora del balance es que la intriga se esfuma pronto y la trama resulta algo previsible. Pero estimulante siempre porque ¡cómo cuenta Scorsese el infierno de Ashecliffe!