Titulo original: Sesión Continua
Año: 1984
País: España
Duración: 130 min.
Dirección: José Luis Garci.
Guión: Horacio Valcárcel, a partir de un argumento de José Luis Garci.
Música:
Jesús Gluck
Intérpretes
Adolfo Marsillach, Jesús Puente, María Casanova, José Bódalo, Encarna Paso, Víctor Valverde, Patricia Calot, Pablo Hoyos, Rafael Hernández, Emma Suárez, Patricia Calot, Yolanda Ríos, Juan Calot, Diana Salcedo, Primitivo Rojas y Maite Marchante.
Premios
Nominada al Oscar a la Mejor Película de habla no inglesa
Sinopsis
«Me deprimo despacio» sería la séptima película dirigida por José Manuel Varela (Adolfo Marsillach), un hombre forjado en las oscuras y mágicas salas de programa doble y sesión contínua. José comparte su escritura del guión con su amigo Federico Alcántara (Jesús Puente), para el productor Dionisio Balboa (José Bódalo), de Balboa Films P.C. La relación entre José Manuel Varela y Alcántara es de íntima complicidad. José está separado de su mujer y tiene dos hijos, Elsa y Sonia (Emma Suárez), que sale con un hombre mucho mayor que ella, con las que apenas se comunica. Fede, es abandonado por su mujer Pili (Encarna Paso) para meterse monja y se quedará solo con sus historias y sus sueños, coqueteando con Amelia (Yolanda Ríos). Perdidos en su peculiar mundo no conceden demasiada importancia a que José tiene una extraña relación con La Mala (María Casanova). Avanza el rodaje en blanco y negro de «Me deprimo despacio». La frontera de la película salta hecha añicos y la realidad se introduce en ella. Sonia está enamorada de un profesor que le dobla la edad. El hijo Balboa muere de una sobredosis. Tras el estreno, José y Fede se emborrachan. Ellos son el cine.
Comentario
José Luis Garcí homenajea a los productores y directores del cine español de posguerra, en donde la vida y la ficción se intercambian los papeles. El director vuelve a contar una historia sobre la soledad, pero en esta ocasión con más acidez, que habla de personas que han vivido a través de otros, y el cine es el responsable. Gente que no ha vivido su auténtica vida, sino la de los personajes de las películas que ha visto en la pantalla. Es lo que se conoce como la enfermedad del cine.Pensada en un principio para ser protagonizada por José Sacristán y Alfredo Landa, Garcí, decidió en el último minuto el cambio de reparto. Película de largos planos y tono teatral apoyada en brillantes diálogos.