Marc Streitenfeld.
Temas musicales: «Preludio para Piano en D-flat Mayor (Raindrop) Op.28,n.15», de Frédéric Chopin.
Intérpretes
Sinopsis
Año 2085. Tras decubrir en una cueva restos de pinturas prehistóricas que señalan una extraña conjunción de planetas, una constante a la que diferentes civilizaciones a lo largo de la historia, han dejado testimonios, se prepara una expedición de científicos y exploradores que en la nave Prometheus, perteneciente a la compañía creada por Peter Weyland (Guy Pearce), ya fallcido, surca el espacio en busca de ese planta central que explique quienes fueron los ingenieros, los creadores de la raza humana. A bordo, debidamente hibernados, los exploradores y científicos Elizabeth Shawn (Noomi Rapace) y Charlie Holloway (Logan Marshall-Green) con motivaciones absolutamente distintas. Además la hija de Weyland, Meredith Vickers (Charlize Theron), el capitán Janet (Idris Elba), el geólogo Fifield (Sean Harris), el científico Milburn (Rafe Spall), la doctora Ford (Kate Dickie), los copilotos Chance (Emun Elliott) y Ravel (Benedict Wong), y David (Michael Fassbender), un androide que aparenta saber mucho más de lo que dice y que es el único que permanece despierto durante los tres años de travesía, cuyo tiempo lo usa en jugar al baloncesto y en ver una y otra vez “Lawrence de Arabia”. Una vez en las proximidades del planeta LV 223, que es el destino final del Prometheus, David despierta a los tripulantes de la nave y logran aterrizar en un lugar con una enorme cúpula que obviamente no puede haber sido obra de la naturaleza. En su interior, los exploradores decubren que existe una atmósfera artificial que permite respirar normalmente, y unas cuantas sorpresas. El cuerpo degollado de una criatura y una estatua gigantesca considerada rápidamente como uno de los “ingenieros”, que está rodeada de centenares de cilindros estratégicamente situados. Pronto descubrirán que aquellos que un día crearon la vida en la Tierra ahora quieren destruirla.