Intérpretes
Sinopsis
La cantante Pandora Reynolds (Ava Gardner) se encuentra pasando una temporada en un pueblo español de la costa mediterránea llamado Esperanza. La artista aparece rodeada, desde el principio, de una cohorte de rendidos admiradores como el poeta Reggie Demarest (Marius Goring) o el piloto Stephen Cameron (Nigel Patrick) a los que trata con desdén. De hecho, Reggie se suicida por amor sin que a Pandora parezca importarle demasiado su muerte. Poco después la caprichosa Pandora se compromete con Stephen, un piloto de coches de carreras a quien obliga ras una loca carrera entre los acantilados a despeñar su bólido como prueba de su amor, cosa que Stephen hace sin dudar. El descubrimiento de una goleta en la bahía, hace que Pandora vea en ella su destino a bordo de aquel yate con el Holandés Errante. Pandora se interesa por la historia del Holandés Errante y le pregunta a su amigo Geoffrey Fielding (Harold Warrender) por él. Geoffrey le explica que el Holandés Errante aparece cada siete años y que espera que una mujer muera de amor por él. A partir de este momento, Pandora clava su mirada en el mar y es como si pareciera recibir una llamada desde el yate. Se interna en el mar y nada desnuda hasta el barco. Sube a él y se cubre con una lona. Allí, en su camarote, pintando un cuadro, está su único tripulante, el holandés Hendryck van der Zee (James Mason), que resultará ser el Holandés Errante. Hendryck está pintando un cuadro de Pandora, el mito griego de la primera mujer, hecha por orden de Zeus para introducir males en la vida de los hombres. En el cuadro Pandora está a punto de abrir la famosa caja y su rostro es el de Pandora Reynolds. Pandora le pregunta a Hendryck si es en realidad el Holandés Errante…sin obtener respuesta. Geoffrey y Stephen van a buscar a Pandora al barco. Pandora se arrepiente del sacrificio que le pidió a Stephen cuando despeñó su bólido. Este lo rescata del fondo del mar y lo arregla. Pandora se siente aliviada, con la recuperación del coche, porque sabe que esa renuncia la libera, en su fuero interno, del compromiso. Geoffrey pide a Hendryck le ayude a interpretar el manuscrito donde se narra la historia del Holandés Errante. Y el holandés comienza a leer el manuscrito. Así cuenta como asesinó a su esposa con un puñal creyendo que le había sido infiel. Le juzgaron… Se maldijo a sí mismo y maldijo a Dios y dictó su propia condena al descubrir horrorizado que su mujer no le había sido infiel. Y Hendryck sigue narrando la historia, ya sin leerla porque es su propia historia, ante el asombro del buen Geoffrey. No es solo el manuscrito el que ha vuelto a mis manos, dice Hendryck… Cuando apenas falta un mes para que Pandora se case con Stephen, el holandés cree próxima la salvación de su alma. Pero aparece otro personaje, el torero Juan Montalvo (Mario Cabré), con el que Pandora tuvo un breve romance. Montalvo es un hombre celoso, iracundo, con un clarísimo complejo de Edipo. Su madre, gitana no ve buenos augurios en las cartas. Piensa que algo malo le va a suceder a su hijo. Stephen con su coche arreglado realiza una peligrosa carrera en la playa para batir el record mundial de velocidad y a pesar de algunos peligros lo consigue. Son tres los hombres: Hendryck, Montalvo y Stephen, que están dispuestos a darlo todo por una mujer. Todos celebran el triunfo de Stephen en el hotel Isabella. Janet (Sheila Sim), sobrina de Geoffrey, abronca a Pandora y le da una sonora bofetada porque está enamorada de Stephen. Entre estatuas y frente al mar, Hendryck y Pandora charlan y se sinceran y se besan. Juan Montalvo les vigila. Hendryck es un hombre enamorado incapaz de lograr su salvación al precio de la muerte de ella. Por eso se sacrifica, la rechaza y le dice que no quiere volverla a ver. Quiere que se case con Stephen y se salve. Sin embargo el destino implacable no hará caso a los deseos de Hendryck y se cumplirá con inmisericorde precisión. Montalvo pide la mano a Pandora y es rechazado ya que hay otro hombre, Hendryck. La noche anterior a la corrida, Montalvo lanza un certero cuchillo contra Hendryck que cae al suelo herido…de muerte, pero Hendryck no puede morir. Llega Pandora con un extraño presentimiento, había tenido una visión en la que lo asesinaban y no se cree la versión de Hendryck. Al día siguiente, Montalvo torea en la plaza y le brinda a Pandora la muerte del toro, pero cuando en plena faena ve al holandés resucitado, se distrae y es corneado mortalmente. Pandora acude a Geoffrey para saber quién es Hendryck. Tras muchas dudas Geoffrey le da el manuscrito a Pandora. La ausencia de viento retiene el barco del holandés en la bahía y Pandora se lanza de nuevo al mar para que se cumpla la mortal liberación del holandés. Hendryck la está esperando y le informa que ha vuelto a pintar el cuadro, ha devuelto su rostro al cuadro. Una repentina tormenta hace zozobrar el barco y se lleva al fondo del mar los cuerpos de los dos amantes. El círculo del relato se cierra.