NO HABRÁ PAZ PARA LOS MALVADOS

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    Titulo original: No habrá paz para los malvados
    Año: 2011
    País: España
    Duración: 96 min.
    Dirección: Enrique Urbizu
    Guión: Enrique Urbizu y Michel Gaztambide
    Música: Mario de Benito

    Intérpretes

    José Coronado, Rodolfo Sancho, Helena Miquel, Juanjo Artero, Pedro Mari Sánchez, Nadia Casado, Julio Perillán, Karim El-Kerem, Nasser Saleh, Eduard Farelo, Paloma Bloyd, Alex Spijksma, Carlos Olalla, Bernabé Fernández, Chema Ruiz, Chani Martín, Carolina Clemente, Javier Pinto, María Blanco-Fafián, Hèctor Claramunt, Luis del Valle y Ricardo Dávila.

    Premios

    Seleccionada para la Sección Oficial Competitiva del Festival Internacional de Cine de San Sebastián. Premios Goya a la Mejor Película, al Mejor Director, al Mejor Guión Original, a la Mejor Interpretación Masculina Protagonista (José Coronado), al Mejor Montaje y al Mejor Sonido. Nominada a los Premios Goya a la Mejor Interpretación Masculina de Reparto (Juanjo Artero), al Mejor Diseño de Vestuario, a la Mejor Dirección Artística, a la Mejor Dirección de Fotografía, a la Mejor dirección de Producción, a la Mejor Música Original, al Mejor Maquillaje y Peluquería y a los Mejores efectos Especiales.
    Premio del Círculo de Escritores Cinematográficos a la Mejor Película, al Mejor Director, al Mejor actor (José Coronado), al Mejor Montaje y a la Mejor Música. Nominada al Mejor actor secundario (Juanjo Artero), al Mejor Guión Original y a la Mejor Fotografía.

    Sinopsis

    Madrid, año dos mil y pico. Un domingo cualquiera, otro más, el inspector de policía Santos Trinidad (José Coronado), de unos 50 años, de camino a casa a altas horas de la madrugada, ya muy borracho, entra en un local de alterne, que ya está cerrando, para tomarse las últimas copas. Cuando se niegan a servírselas, surge la violencia que desemboca en un tiroteo. El resultado: tres cadáveres, el dueño y los dos empleados del local que estaban trabajando a esas horas. Aunque Santos Trinidad borra meticulosamente sus huellas y se lleva las grabaciones de las cámaras de seguridad, cuando abandona el local se cruza con un emigrante latinoamericano que se dirige a su trabajo, y que podría incriminarle. Santos Trinidad, que asignado a la división de búsqueda de personas desaparecidas disfruta de bastante libertad de movimientos, inicia la caza del hombre, emprendiendo una investigación destinada a localizar y eliminar al testigo. Mientras tanto la juez Chacón (Helena Miquel), encargada de la investigación del triple crimen, avanza meticulosamente en la búsqueda del asesino con la ayuda de Leiva (Juanjo Artero), un policía judicial. Pronto aparecerán, además de policías corruptos, traficantes de drogas y redes islamistas en el transcurso de la investigación. Santos Trinidad y la juez Chacón, van a descubrir que nada es lo que parece y lo que empieza siendo un simple caso de tráfico de drogas, desembocará en algo mucho más peligroso. Solo Santos parece ser capaz de impedirlo, siempre que la juez Chacón no consiga detenerle antes a él.

    Comentario

    Un creador sin aspavientos, eso es lo que demuestra ser, título tras título, Enrique Urbizu, y esta no es una excepción. Retoma el género negro, su género favorito, para sacar fuera al mejor narrador que lleva dentro, singular y certero cronista de historias, personas y lugares que, sólo por la sobriedad –la sequedad, para ser exactos- con que los adorna, potencia aún más su credibilidad y su furor. Es el cine lejos de toda convención, algo que sabe a verdad, y por tanto también a inquietud y a peligro. Con el Madrid de los bajos fondos, la droga, el crimen, la inmigración y un muestrario de policías rectos y corruptos, un Madrid cruzado por la complicada maraña de intereses lícitos, ilícitos, pero casi todos equívocos, Urbizu retrata a ritmo vertiginoso (y nos obliga a seguirlo) las horas previas al 11-M, desata con rigor las líneas que juntan, separan y enredan el mundo de la delincuencia hasta atraparnos y meternos en el embrollo. Y lo hace como un notario: quiere exponer, no juzgar; quiere explicar sin implicarse en la basura de la que parecen estar hechos algunos de sus personajes, empezando por el policía Santos Trinidad que encarna de forma pasmosa, en el papel de su vida, José Coronado. El actor no es que siga en la onda del director, como ya ha demostrado en otras ocasiones, es que le devuelve mucho más de lo que le está pidiendo: la mirada, la contención, las hechuras y el comportamiento de un hombre que no ya está para re flexiones morales sino para tirar p`alante y cumplir “sus” objetivos, ni mucho menos equiparables a los del resto. Un antihéroe destructor y autodestruido que estremece pero no destila ni simpatía, ni compasión. Clava la firma Urbizu.