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Sinopsis
Todo se inicia con un sueño. Mortadelo y Filemón son las estrellas de la TIA (agencia de información y espionaje) y no hay malhechor que se les resista. Pero el despertar coloca las cosas en su sitio: Como siempre, Mortadelo y Filemón se ven obligados a hacer uso de toda su capacidad para no resolver nunca nada y de sembrar el caos allá donde van, para dar con el paradero de Jimmy el cachondo, un acomplejado maleante que tampoco despunta por su elevado coeficiente intelectual, circunstancia muy peligrosa ya que lleva colgando de su helicóptero una bombita atómica que puede explotar en cualquier momento. A la vez, el Súper Intendente Vicente, máximo jefazo de la TIA, supervisa la instalación en su despacho de la nueva y flamante caja fuerte. No han terminado de anclársela en la pared cuando Jimmy “el cachondo” la sustrae en sus narices por el método de “la reverencia”: inclinando el edificio hasta que la pesada caja caiga a la calle. Jimmy huye junto a sus ayudantes (dos siameses unidos por la rabadilla), por lo que el Súper hace llamar con carácter de urgencia a sus dos mejores agentes, los más preparados, los “top one”. Pero como en la TIA no tienen ese tipo de agentes, se ve abocado a la peor de las soluciones: dejar el caso en manos de Mortadelo y Filemón. Cuando se disponen a acudir a la llamada del Súper sin excesiva prisa, una nefasta noticia les cambia los planes y les hace atrincherarse en casa: Tronchamulas, un delincuente de 3 toneladas de músculo y 60 gramos de cerebro al que Filemón metió en la cárcel 15 años atrás, se acaba de fugar con el único fin de vengarse del agente. El profesor Bacterio ha realizado un nuevo descubrimiento: la Reversicina. Este compuesto convertirá a Mortadelo y Filemón en lo que no son: valientes e inteligentes. Sólo así podrán encontrar y detener a Jimmy y recuperar la caja fuerte. El problema es que la Reversicina acaba inyectada por error en el cuerpo de Tronchamulas, que se vuelve manso como un corderito y, para sorpresa de todos, confiesa ser primo del propio Jimmy y conocer el paradero de su guarida secreta. En su nuevo e inofensivo estado se muestra amable y colaborador pero, por desgracia, el invento también le ha hecho perder la memoria. De esta forma, Mortadelo y Filemón deberán custodiar a un infantiloide Tronchamulas como testigo protegido hasta que se le pasen los efectos, momento en el cual esa especie de gorila embrutecido y salvaje recuperará la memoria y querrá despellejar vivo a Filemón.