Gottfried Huppertz (1929); Giorgio Moroder (1984); Peter Osborne (1998); Wetfish (1999); Bernd Schultheis (2001); Abel Korzeniowski (2004).
Intérpretes
Sinopsis
Superado el año 2000, en la ciudad de Metrópolis la gente, dependiendo de su clase social, vive en territorios totalmente diferenciados. Mientras la clase dominante habita en la parte alta de los edificios y disfruta de los Jardines de la Eternidad, los obreros habitan en los subterráneos de la ciudad. John Fredersen (Alfred Abel) es el responsable de la ciudad y Freder (Gustav Fröhlich) su inconsciente hijo. Un día Freder observa una gran cantidad de niños hambrientos, capitaneados por la dulce María (Brigitte Helm), y decide seguirles al mundo de los obreros, dominados por los ritmos de una máquina infernal y un pavoroso reloj que solo marca 10 horas. Despues intenta que su padre se conmueva por la suerte de los obreros, pero al no conseguirlo, decide regresar a los subterráneos y ocupar el lugar de un obrero que no soporta el ritmo de trabajo. Acto seguido le comunican que se celebrará una reunión de obreros en las catacumbas, y decide asistir, observando como Maria les exhorta a ser pacientes y esperar la llegada del Salvador que les saque de la miseria. Pero John Fredersen ha asistido en secreto a esta reunión y ordena al sabio C. A. Rotwang (Rudolf Klein-Rogge) que cambie la cara del robot que ha construido por la de Maria, a la que cree peligrosa, con el fin de poder manipular la conciencia de los obreros. Rotwang rapta a Maria y ejecuta la orden, pero el robot penetra en los subterráneos y en lugar de controlar a los obreros, les incita a la rebelión y a la destrucción de las máquinas. Debido a una explosión, se produce un gran escape de agua que amenaza con destruir los hogares de los obreros. Freder logra rescatar a Maria y juntos salvan de ahogarse a los niños de los obreros, quienes, creyéndolos muertos, atacan al robot y los queman en una hoguera. Enloquecido de amor por Maria, Rotwang la rapta de nuevo y huye hacia la catedral, en cuyas alturas lucha con Freder, que ha acudido a liberarla. Rotwang cae ante John Fredersen y los obreros. Freder convence a su padre y al capataz a darse la mano en un acto de reconciliación y confianza en el futuro, superando viejos clasismos y errores.