MENTIRAS PIADOSAS (2008)

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    Titulo original: Mentiras pidosas
    Año: 2008
    País: Argentina – España
    Duración: 100 min.
    Dirección: Diego Sabanés
    Guión: Diego Sabanés, basado en el cuento de Julio Cortázar "La Salud De Los Enfermos".
    Música: Rudy Gnutti

    Intérpretes

    Marilu Marini, Walter Quiroz, Claudio Tolcachir, Paula Ransenberg, Hugo Álvarez, Claudia Cantero, Verónica Pelaccini, Víctor Laplace, Rubén Szuchmacher, Lydia Lamaison, Mónica Lairana, Ángel Coria, Laura Cuffini, Roberto Sarandria, Julieta Benedetto, Tomas Faiella, Abril Zotolla y Marcio Mansilla.

    Sinopsis

    Pablo (Walter Quiroz), el hijo preferido de Mamá (Marilú Marini), viaja de Buenos Aires a París para ganarse la vida como músico. Las semanas pasan y nadie tiene noticias de él. La incertidumbre agrava el frágil estado de salud de su madre, por lo que sus hermanos, Jorge (Claudio Tolcachir) y Nora (Paula Ransenberg), deciden escribir cartas falsas y enviarle regalos, postergando el regreso. Para reforzar el simulacro, le piden a la novia de Pablo que continúe con sus visitas. Como Mamá la nota triste, le propone adelantar los preparativos de la boda, para apurar el regreso de Pablo. La ficción se ramifica involucrando a otros personajes, mientras la casa va siendo desmantelada para afrontar las deudas que generan los envíos de París. Poco a poco el borde entre la ficción y la realidad se va desdibujando.

    Comentario

    Una versión libre del cuento “La salud de los enfermos” de Julio Cortázar transformado en la metáfora de una actitud de una clase social argentina que busca la negación de la realidad. La película es la historia de una casa que va siendo desmantelada para sostener un sueño; de cómo lo real se desarma para construir una fantasía. Un espacio cargado de fantasmas de un pasado que no fue nunca feliz, pero que el recuerdo idealiza. Sombras que poco a poco van avanzando sobre las paredes, sobre los muebles vendidos, sobre los cuartos cerrados. También es también “una película sobre el miedo. Sobre los deseos propios y los deseos ajenos; los mandatos familiares que construyen una red de contención y de encierro. Sobre la liberación que supone dejar esas redes y el desamparado que genera una partida.