MATAR A UN RUISEÑOR (1962)

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    Titulo original: To Kill Amockingbird
    Año: 1962
    Fecha de estreno en España: 16-04-1964
    País: EE.UU.
    Duración: 129 min.
    Dirección: Robert Mulligan
    Guión: Horton Foote, basado en la novela homónima de Harper Lee.
    Música:

    Elmer Bernstein.
    Temas musicales: Mack David.


    Intérpretes

    Gregory Peck, John Megna, Frank Overton, Rosemary Murphy, Ruth White, Brock Peters, Estelle Evans, Paul Fix, Collin Wilcox Paxton, James Anderson, Alice Ghostley, Robert Duvall, William Windom, Crahan Denton, Richard Hale, Mary Badham, Phillip Alford, R.L. Armstrong, Steve Condit, David Crawford, Jamie Forster, Charles E. Fredericks, Jester Hairston, Herman Hack, Jester Hairston, Chuck Hamilton, Kim Hamilton, Kim Hector, Michael Jeffers, Dick Johnstone, Colin Kenny, Ethan Laidlaw, Nancy Marshall, Charles Morton, Paulene Myers, William H. O'Brien, Charles Perry, Joe Ploski, Hugh Sanders, Barry Seltzer, Mabel Smaney, Cap Somers, George Sowards, Ray Spiker, Jay Sullivan, Kelly Thordsen, Arthur Tovey, George Tracy, Danny Truppi, Sailor Vincent, Max Wagner, Bill Walker, Joe Walls, Dan White, Guy Wilkerson y Chalky Williams.

    Premios

    Premios Oscar: Oscar al Mejor Actor Principal (Gregory Peck), Mejor Guión Adaptado y Mejor Dirección Artística. Nominada al Oscar en las categorías de Mejor Película, Mejor Director, Mejor Fotografía, Mejor Actriz Secundaria (Mary Badham) y Mejor Música.
    Globos de Oro: Globo de Oro al Mejor Actor Protagonista (Gregory Peck) y Mejor Música. Nominada al Globo de Oro a la Mejor Película.
    Premios Bafta de la Academia de Cine Británico: Nominada a los Premios Bafta a la Mejor Película basada en otro medio y al Mejor Actor (Gregory Peck).
    Festival Internacional de Cine de Cannes: Premio Gary Cooper a Robert Mulligan.


    Sinopsis

    En Maycomb, Alabama, durante los años 30, Atticus Finch (Gregory Peck), un abogado provinciano, lucha por reducir al mínimo los rasgos de odio y prejuicio de sus hijos, huérfanos de madre, Scout (Mary Badham) y Jem (Phillip Alford). El suyo es un hogar feliz, en el que ayuda con gran eficacia Calpurnia (Estelle Evans), el ama de llaves. Un joven visitante del vecindario, Dill (John Megna), queda prendado de Maycomb al mostrarle Scout y Jem a la excéntrica señora Dubose (Ruth White) y la casa encantada, que ha tenido escondido durante años a Boo Radley (Robert Duvall), un perturbado mental. Cuando Tom Robinson (Brock Peters), un peón del campo, negro, es acusado por el granjero Bob Ewell (James Anderson), aficionado a la bebida, de ultrajar a su hija Mayella (Collin Wilcox), se nombra a Atticus para que defienda a Tom. En la escuela, Scout se mete en peleas porque sus compañeros de clase ridiculizan los esfuerzos legales de su padre. Tras conseguir evitar un linchamiento, Atticus demuestra aparentemente la inocencia de Tom en el tribunal, pero el jurado emite un veredicto de culpabilidad. Atticus cree que puede lograr que el fallo sea revocado por un tribunal superior, pero Tom trata de escapar y lo matan. El granjero Ewell clama venganza para Atticus por sus tácticas en los tribunales. Una noche oscura, después de una fiesta en la escuela, Scout y Jem son atacados cuando regresan a su casa. A Jem le rompen un brazo, pero un benefactor misterioso los salva de daños mayores matando a Ewell, su atacante. Su salvador resulta ser Boo Radley. Atticus y el sheriff Tate (Frank Overton) deciden pasar por alto la culpa de Boo y, como Scout recuerda ya mayor describiendo su niñez, «Boo era nuestro vecino. Nos dio muñecas de jabón, un reloj, una cadena rota, un cuchillo y nuestras vidas».

    Comentario

    Un excelente melodrama que encierra un claro discurso progresista que se basa en una novela de Harper Leer, producida por Alan J. Pakula y dirigida por Robert Mulligan, un experto que siempre se ha sabido mover muy bien por este género. La película gira en torno al problema de la segregación racial con una historia sensible, honesta y cautivadora. El gran mérito del filme de Mulligan es que no se queda sólo en la denuncia de la intolerancia racial, sino que alcanza sus mejores momentos más gloriosos en la evocación de la infancia perdida y en el conflicto entre ensoñación y realidad. Gregory Peck ganó con todo merecimiento el Oscar de interpretación de aquel año por su inteligente y sensible creación del íntegro abogado Atticus Finch, personaje que, según una reciente encuesta del American Film Institute, encabeza la lista de los 100 héroes del cine norteamericano.