Temas musicales: “Cuento para mi niño”, interpretado por Lole y Manuel; “La plazuela y el tardón”, interpretado por Lole y Manuel; “Bulerías de la luna”, interpretado por Lole y Manuel; “Todo es de color”, interpretado por Lole y Manuel; “Nuevo día”, interpretado por Lole y Manuel; “Por primera vez”, interpretado por Lole y Manuel; “Todo es de color”, interpretado por Triana; “Sé de un lugar”, interpretado por Triana; “Abre la puerta, baile”, interpretado por Triana; “En el lago”, interpretado por Triana; “El agua en sus cabellos”, interpretado por Hilario Camacho; “Testimonio”, interpretado por Hilario Camacho; “Tiempo al tiempo”, interpretado por Hilario Camacho; “Canción de la primavera”, interpretado por Gualberto García; “Canción de las gaviotas”, interpretado por Gualberto García; “Aires de Morón”, interpretado por Diego de Morón; y “Fiesta por bulerías”, interpretado por Diego de Morón.
Intérpretes
Sinopsis
Se celebra el funeral por don Angosto, un rico terrateniente. el sacerdote hace una memoria del difunto que, evidentemente, no concuerda con la realidad. Sobre la tumba de Angosto Cortés baila un zapateado Manuela (Charo López), hija de El Jarapo, un cazador furtivo al que el terrateniente diera muerte. La viuda y la hija de El Jarapo se ganan la vida con la costura y con la venta de los melones que cultivan en una pequeña propiedad. Un día se presenta Antonio (Máximo Valverde) llevando en sus brazos un niño de corta edad. Ha quedado viudo y no encuentra trabajo. La madre de Manuela se lo proporciona en su casa. No pasa mucho tiempo y Manuela y Antonio deciden casarse, contra la voluntad de la madre de ella. Ahora Antonio tiene un trabajo más estable en la finca de Don Ramón (Fernando Rey), al que le pide unos juncos para el techo de la choza que está construyendo y que habrá de ser su hogar. Don Ramón, que está enamorado de Manuela, no regatea su ayuda al nuevo matrimonio. Al poco tiempo de la boda, don Ramón, en su afán de proteger el matrimonio, ofrece a Antonio un trabajo fijo en sus haciendas. Antonio no acepta porque quiere dedicarse al cante. Han pasado 15 años. De Nueva York llega una sobrina de don Ramón, Purita (Carmen Platero), que marchó siendo muy niña con su madre y el amante de ésta. Purita viene muy coqueta y acaba por seducir a su tío. Manuela y Antonio buscan trabajo a su hijo Antonillo (Mario Pardo), el pequeño al que Manuela tomara cariño cuando lo vió con su padre, puesto que el matrimonio no ha tenido descendencia. De la gestión se encarga El Moreno, un capataz de don Ramón que también está enamorado de Manuela. Purita está en una fiesta flamenca en la que ha cantado Antonio, le encuentra atractivo y le lleva a la habitación del hotel. Antonio llega esa noche empapado a su casa y su resquebrajada salud empeora con un principio de pulmonía. Ha de ingresar en el hospital. En ausencia de su hombre, Manuela es acosada por Aguacharco, un pariente del alcalde que hace gala de muy pocos escrúpulos. La llegada de El Moreno para comunicar a Manuela que el chico ya tiene trabajo, es providencial. El Moreno es un ex presidiario puesto en libertad por buena conducta a requerimiento de don Ramón. Un enemigo suyo de la prisión pasa un día por el pueblo y, para vengarse hace correr el rumor de que es homosexual. Antonillo siente admiración por el hombre, rudo y seguro de sí mismo, y esta amistad es motivo de murmuración. Antonillo no puede soportar esta situación y piensa marcharse a Sevilla. Manuela, para evitar que se marche derrotado y para demostrar que es hombre, hace el amor con el muchacho. Aguacharco quema la casa de El Moreno para vengarse de él. El ex presidiario desaparece y todos le dan por muerto. Algún tiempo después llega la noticia de que se ha arrojado al paso de un tren. El día anterior, aunque de lejos para evitar la desfiguración de su rostro a causa de las quemaduras, se había despedido de Manuela. Don Ramón sufre una grave enfermedad del corazón. Antes de morir, le escribe una carta a Manuela declarándole su amor y dejándole cien hectáreas de terreno. La salud de Antonio también se agrava y, viéndose morir, aconseja a su hijo que vuelva junto a Manuela.