Franco Ferrara.
Intérpretes
Premios
Semana Internacional de Cine de Valladolid (Seminci): Mención Especial de la Sección Oficial
Sinopsis
Cuando el viejo balneario de Fontecilla, que en otros tiempos fue un lugar muy visitado para tomar sus aguas medicinales, empieza a sufrir una manifiesta decadencia y caer en el olvido, las fuerzas vivas del lugar se reúnen en busca de una solución y planean una estratagema con el fin de promocionarlo de nuevo e incrementar la llegada de turistas al pueblo. El propietario del balneario, don Ramón (Alberto Romea), el médico don Evaristo (Félix Fernández), el alcalde don Antonio (Juan Calvo), el maestro don Salvador (Paolo Stoppa) y el peluquero don Manuel (Manuel de Juan) se inventan un falso milagro, que consiste en la aparición de San Dimas, conocido también como el “buen ladrón”, que se repetirá cada jueves en la vieja estación de tren, por la que los trenes pasan sin que se detengan en el lugar. A pesar de su reticencia inicial, convencen a don José (José Isbert) para que se disfrace de San Dimas y, con la ayuda de todos, se aparezca en la estación de Ferrocarril al pobre Mauro (Manuel Alexandre), el tonto del pueblo, que recibe las primeras instrucciones y se encarga de difundir la buena nueva entre los lugareños, corriendo por las calles y pregonando a gritos el suceso. La farsa empieza a dar sus primeros resultados, convocando a numerosos fieles cada jueves y dando una nueva notoriedad al pueblo. Pero un día llega a Fontecilla un ladrón huido de la Guardia Civil que, ocultando su verdadera personalidad, insinúa conocer la conducta e intenciones de los impostores. Este hombre se convierte en el ilusionista para el que trabajarán los seis personajes. Los prodigios se multiplican gracias a la habilidad del singular personaje. Cuando todo está en el mejor momento, el susodicho personaje desaparece y apenas deja un mensaje que deja atónitos a las fuerzas vivas del pueblo.Este hecho, unido a una serie de inesperados acontecimientos y a las cada vez más frecuentes curaciones originadas por el falso milagro, crea un gran desconcierto entre el grupo de farsantes, que terminan por perder el control y confesar su mentira, aunque nadie les cree. Preocupados, acuden en busca del misterioso ladrón, pero éste ya ha desaparecido del pueblo, dejando únicamente una fotografía suya con una dedicatoria y la firma de San Dimas.