Intérpretes
Sinopsis
Los jubilados don Benito (José Isbert), que vive con tres nietos en su propia casa, doña Pua (Sara García), que tienen una habitación en el piso de su hijo, pero que se lleva mal con su nuera Rosa (Lola Gaos), y don Augusto (Carlos Pisacane), que sigue obsesionado por las mujeres, en especial por las jóvenes de su pensión, se conocen de verse cada vez en las colas de la mutualidad La Paloma para cobrar su mísera pensión. Tras visitar a su amigo enfermo Felipe González (Luis Heredia) en el Hospital Provincial, deciden hablar con el director la Mutualidad para pedir un adelanto sobre sus pensiones para que su amigo pueda pasar mejor sus últimos días, pero no lo consiguen. Esto les hace enfadarse y planear el robo de las Mutualidad, así podrán dar algún dinero, don Benito conseguirá construir el mausoleo con el que sueña, don Augusto logrará irse de viaje de novios a Palma de Mallorca con alguna de las muchachas de su pensión, y doña Pura comprará un piso más grande a su hijo. Amparándose en que durante casi 50 años han cotizado en la Mutualidad, reciben una mísera cantidad mensual y en el refrán “quién roba a un ladrón tiene cien años de perdón”, los tres amigos ponen en marcha un minucioso plan. Se encierran en el montacargas del edificio donde está situada la Mutualidad, simulan que está estropeado, aprovechan la hora de comer de los empleados para entrar en las oficinas, cometer el robo y sacar el dinero en la caja de una imagen religiosa portátil. Su único fallo es que doña Pua se equivoca y deposita el dinero en la caja de un viejo reloj, que ha saltado por los aires al mismo tiempo que la caja de caudales. Tras su fracaso no se sienten desilusionados, se han divertido, han demostrado servir para lo que se proponen y deciden volver a intentarlo en otra ocasión.