Intérpretes
Sinopsis
Will Randall (Jack Nicholson), ejecutivo de una importante empresa editorial de Manhattan, conduce su coche a través de una solitaria carrera nevada de Nueva Inglaterra, en una fría noche de invierno. De pronto, una figura oscura aparece frente a él y le obliga a frenar violentamente. Pero es demasiado tarde y Will ha sentido el impacto del choque. Baja cautelosamente del automóvil y sigue un rastro de sangre que le conduce hasta una figura que yace inerte en la nieve. Will comprueba aliviado que no ha atropellado a una persona, se trata de un lobo, un enorme lobo negro que parece esta muerto. Al acercarse para comprobarlo, el lobo le muerde en una mano. Por otro lado, Will es reemplazado en su puesto por Stewart Sintom (James Spader), joven y ambicioso ejecutivo, quien, además, es amante de su mujer. A los pocos días, Will empieza a percibir cambios físicos y psicológicos que van a alterar no sólo su vida laboral sino íntima. Lo primero que nota es que sus sentidos se han agudizado y mejorado considerablemente (puede escuchar lo que dicen en el cuarto de al lado, puede oler el perfume de una mujer a distancia…), lo cual le permite recuperar su trabajo y abandonar a su infiel esposa. Una noche, durante la celebración de una fiesta en la mansión del dueño de la editorial para la que trabaja y en la que conocerá a su hija Laura (Michelle Pfeiffer), Will comprueba que su presencia altera a los caballos. Tras un primer contacto con Laura, ambos deciden volver a verse y, con el paso de los días, poco a poco se van comprometiendo. Con la luna llena Will sufre su primera transformación en hombre-lobo y comprueba su sed de sangre. Angustiado y asustado por lo sucedido, decide contarle la verdad a Laura pues no quiere perderla. La reacción de Laura es positiva ya que está dispuesta a ayudarle, encerrándole y atándole cuando crea que va a sufrir la transformación y evitar, así, que la bestia lance su embestida.