Intérpretes
Sinopsis
Eva (Leonor Watling) es una juez con mucho futuro, primera de su promoción, ha sacrificado su vida por sus estudios. Su padre, con el que nunca se llevó bien, permanece en coma en un hospital. Tiene una hermana que ha logrado un comprador para la casa de su padre. Eva lleva años entregada exclusivamente a su profesión y al margen de su trabajo sólo se dedica a hacer footing todas las noches en una pista de atletismo. Cree profundamente en la justicia y no está dispuesta a hacer concesiones, vengan de donde vengan. Tras años dedicados a casos de poca monta, un día le toca instruir su primer caso de asesinato, el de una bailarina de striptease. El sospechoso es un mafioso corrupto que siempre ha logrado salir libre de los numerosos procesos en que ha estado envuelto. Y Eva está dispuesta a que esto no vuelva a suceder. Pero necesita testigos que le acusen del crimen. Su esposa, pese a que es evidente que la engaña y maltrata, encubre a su marido. El mafioso presiona a su abogado para que haga algo para que salga libre. No importa a quién haya que presionar o chantajear. Y un colega le insiste a Eva que no hay caso, que deje en libertad a su detenido. Y cuando todo parece perdido, ante ella aparece un testigo del caso, el novio de la víctima, Rocco (Miguel Ángel Silvestre), un gigoló solícito y amable que está dispuesto a ayudarla. Está dispuesto a testificar contra el mafioso. A cambio, Eva tendrá que darle algunas claves de su propia identidad. Pero la vida íntima de Eva es un misterio, una caja fuerte que nadie sabe cómo abrir. Nadie excepto Rocco, un gigoló especializado en mujeres esquivas y solitarias. Y ella no está preparada para enamorarse. Pronto, saltándose toda ética judicial, inicia una relación erótica con su testigo. No debe, pero no lo puede evitar.