Intérpretes
Sinopsis
Año 1910, en la siniestra mansión de Mandacrest en la campiña inglesa. Tras la muerte, en extrañas circunstancias, de Lady Ira Vamp, su marido, Lord Winston (Josema Yuste), un eminente egiptólogo, aristócrata inglés venido a menos, retorna a Mandacrest en compañía de una nueva esposa: Claretta Castafiore (Florentino Fernández), una muy famosa cantante lírica italiana, ignorando la maldición de Ira Vamp, que antes de morir advirtió a su marido que si osaba volverse a casar, regresaría del más allá para vengarse. Desde el primer día de su estancia en la lúgubre casona, Claretta tiene que soportar la permanente comparación con el recuerdo de la anterior señora de Mandacrest, enterrada en el jardín de la casa, cuyo espíritu permanece presente, no sólo en su estatua que domina el lugar sino en cada rincón de la mansión, en todo el servicio doméstico y hasta en el propio Lord Winston, que realmente la añora… Claro que Claretta se propone desde el primer momento marcar su territorio y presenta batalla con todo su carácter y genio. Pero con lo que no cuenta es que su boda con Lord Winston ha despertado las iras del más allá… En Mandacrest, asisten a Lord Winston su fiel criado Nicodemus (Florentino Fernández), un mozo de cuadras tan fiel como bruto, tan sucio como torpe que secunda al señor en todos sus planes, y también la rumana Frida (Josema Yuste), su ama de llaves de toda la vida, eternamente prendada del señor de la casa, que como es de suponer rivaliza directamente con Claretta. Frida no pierde ocasión para atacar a la nueva señora a la que no acaba de aceptar y disfruta aterrándola con sus leyendas de vampiros y licántropos. Así, una desapacible noche Frida confesará a Claretta la terrible tragedia que ocurrió allí hace tres años… A partir de ese momento las vivencias paranormales se sucederán y aunque Lord Winston intentará que los celos de su nueva esposa no estropeen su matrimonio, su carácter y su apariencia irán mutando y sólo un extraño sortilegio podrá deshacer el embrujo de la maldición de Ira Vamp, aunque el más allá se cobrará su terrible tributo.
