LA ÚLTIMA ESTACIÓN

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    Titulo original: The Last Station
    Año: 2009
    País: Gran Bretaña – Alemania – Rusia
    Duración: 112 min.
    Dirección: Michael Hoffman
    Guión: Michael Hoffman, basado en la novela homónima de Jay Parini
    Música: Sergey Yevtushenko.

    Intérpretes

    Helen Mirren, Christopher Plummer, James McAvoy, Paul Giamatti, Anne-Marie Duff, Kerry Condon, Patrick Kennedy, John Sessions, David Masterson, Tomas Spencer, Maximilian Gärtner, Christian Gaul, Wolfgang Häntsch y Nenad Lucic.

    Premios

    Nominada al Oscar a la Mejor Actriz Principal (Helen Mirren) y al Mejor Actor Secundario (Christopher Plummer) Nominada al Globo de Oro a la Mejor Actriz Dramática Protahonista (Helen Mirren) y al Mejor Actor Secundario (Christopher Plummer)
    Premio a la Mejor Actriz (Helen Mirren) en el Festival de Cine de Roma.

    Sinopsis

    Después de casi cincuenta años de matrimonio, la Condesa Sofía (Helen Mirren), esposa devota, amante apasionada, musa y colaboradora de León Tolstói (Christopger Plummer), descubre de repente que su mundo se tambalea. En nombre de la nueva religión que acaba de crear, el gran novelista ruso renuncia a su título nobiliario, a sus propiedades e incluso a su familia en favor de la pobreza, el vegetarianismo y el celibato. Sofía se consume con justificada indignación cuando descubre que el leal discípulo de Tolstói, Vladimir Chertkov (Paul Giamatti), a quien ella desprecia, puede haber convencido a su marido para que haga un nuevo testamento. El documento le daría los derechos de sus obras al pueblo ruso en vez de a su propia familia. Utilizando toda su astucia y todas las armas de seducción de su considerable arsenal, Sofía lucha ferozmente por lo que ella cree que le corresponde. Sin embargo, su comportamiento extremo hace que le sea más fácil a Cherkov convencer a Tolstói del daño que le hará a su glorioso legado. El conflicto se vuelve tan intenso que Tolstói, a los 82 años, el personaje más mediático del mundo, abandona su casa en mitad de la noche, mientras su mujer alquila un tren para seguirle por toda Rusia. En este campo minado se mueve el honorable nuevo ayudante de Tolstói, el naif Valentín Bulgakov (James McAvoy), convirtiéndose en un títere, primero del intrigante Chertkov y luego de la herida y vengativa Sofía, en los intentos de ambos por socavar los logros del otro. Complicando aún más la vida de Valentín está la irrefrenable pasión que siente por Masha, un alma librepensadora que comparte los ideales de Tolstói, cuya postura poco convencional respecto al sexo y al amor, le imponen y le confunden. Atraído por las ideas de Tolstói acerca del amor ideal, pero desconcertado por el rico y turbulento matrimonio de éste, Valentín no tiene lo que hay que tener para poder lidiar con las complicaciones del amor en el mundo real.

    Comentario

    La figura y la obra del autor de “Guerra y paz” fue (es, para ser exactos) tan atractiva y descomunal que siempre será bien recibido un paseo por cualquier tramo de su intensa biografía. “La última estación”, como describe el título, se centra en los últimos días de su existencia, de manera que aparece como la ocasión propicia para hacer balance sobre lo que supuso toda su trayectoria: familiar, intelectual, afectiva, religiosa… y hasta política; para repasar, en suma, lo que fue su paso por la tierra. Estaríamos, así, de entrada, ante una gran idea… inmediatamente malograda. Porque semejante iniciativa, un encargo de tanta enjundia, ha caído en las manos de un realizador convencional e insípido como Michael Hoffman (¿alguien es capaz de jalear alguno de sus muy taquilleros e insustanciales títulos?) y seguramente radique ahí la causa de la profunda decepción que la película provoca, el poso de banalidad que le deja al espectador esta historia, coja de todas sus patas. El envoltorio que se le ha impuesto, la factura, la puesta en escena, por señalar alguna de ellas, resulta más que proverbial, vulgar. Eso, en cuanto a la forma. Y en cuanto al fondo, a la personalidad y al entorno de Tolstoi, sólo se puede hablar de trivialización. En un guión marca do por ese estigma de superficialidad es muy difícil vislumbrar al Tolstoi místico y arrebatador que fue. Y casi imposible de creer, la figura insustancial que se ha dibujado aquí de su esposa, la condesa Sofía. Que Helen Mirren y Christopher Plummer se trabajan su parcela está fuera de toda duda. También el lustroso reparto de secundarios, desde Paul Giamatti a James McAvoy… pero da igual, no son ellos, ni de lejos, la clave de tanta vaciedad pretenciosa.