LA PANTERA ROSA 2

Titulo original: The Pink Panther 2
Año: 2009
País: EE.UU.
Duración: 92 min.
Dirección: Harald Zwart
Guión: Scott Neustadter, Michael H. Weber y Steve Martin, según un argumento de Scott Neustadter y Michael H. Weber, basado en caracteres de personajes creados por Maurice Richlin y Blake Edwards.
Música: Christophe Beck
Steve Martin, Jean Reno, Emily Mortimer, Andy Garcia, Alfred Molina, Yuki Matsuzaki, Aishwarya Rai Bachchan, John Cleese, Lily Tomlin, Jeremy Irons, Johnny Hallyday, Geoffrey Palmer, Phillip Goodwin, Armel Bellec, Jack Metzger, Eugene Lazarev, Lewis D. Wheeler, Richard LaFrance, Simon Green, Federico Castelluccio, Abe Lee Tsunenori, Jimmy May, Harry Van Gorkum, Michael Allosso, Zofia Moreno, Alexis Furic, Réna Kano, Jonathan Dino, Sharon Tay, Joshua R. Roberts, Lia Ochoa, Lisa Cohen, Nicki Connors, Damien Di Paola, Sean Patrick Doherty, Jennifer Gjulameti, Frankie Imbergamo, Dan Marshall, Robert Masiello, Tarek Moussa, Steve Scarfo y Adam Zalt. Presentada, fuera de competición, en el Festival Internacional de Cine de Berlín

Cuando el tesoro legendario compuesto por piezas de todo el mundo y que incluye el invaluable diamante Pantera Rosa es robado, el Inspector Jefe Dreyfus (John Cleese) es forzado a poner al inspector Jacques Clouseau (Steve Martin) dentro de su equipo de expertos detectives internacionales que tienen como misión atrapar al ladrón y recuperar todos los artefactos. A Clouseau se le une Ponton (Jean Reno), su compañero y Nicole (Emily Mortimer), objeto de sus extrañas e inoportunas atenciones.

Secuela del remake de “La Pantesa Rosa” que protagonizó Steve Martin, actor que vuelve a interpretar al inepto instector Clouseau, al que le dota de una interesante combinación de vulnerabilidad y seguridad en sí mismo, y que participa en el guión. En la dirección se incorpora Harald Zwart (“Superagente Cody Banks”). Aquí la la torpeza de Clouseau se acentúa al aparecer rodeando de un equipo de detectives de lujo proveniente de todas partes del mundo. Aunque el filme transcurre en un París contemporáneo, los elementos anacrónicos, como la cantidad de coloridos coches clásicos, son decididamente intencionales.