LA OLA

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    Titulo original: Die welle
    Año: 2008
    País: Alemania
    Duración: 110 min.
    Dirección: Dennis Gansel
    Guión: Dennis Gansel y Peter Thorwarth
    Música: Heiko Maile. Temas musicales: "Rock 'n' Roll High School", interpretado por EL*KE; "Fight The Start", interpretado por Kilians; "Short Life of Margott", interpretado por Kilians; "Execution Song", interpretado por Johnossi; "Rock & Roll Queen", interpretado por The Subways; "Was dich so verändert hat", interpretado por Jan Plewka; y "Garden Of Growing Hearts", interpretado por Empty Trash

    Intérpretes

    Jürgen Vogel, Frederick Lau, Max Riemelt, Jennifer Ulrich, Christiane Paul, Jacob Matschenz, Cristina do Rego, Elyas M'Barek, Maximilian Vollmar, Maximilian Mauff, Ferdinand Schmidt-Modrow, Tim Oliver Schultz, Amelie Kiefer, Fabian Preger, Odine Johne, Tino Mewes, Karoline Teska, Marco Bretscher-Coschignano, Lennard Bertzbach, Tommy Schwimmer, Joseph M'Barek, Jaime Kristo Ferkic, Darvin Schmidt, Leander Hagen, Lucas Hardt, Maxwell Richter, Sophie Kurzke, Liv Lisa Fries, Lena Lutz, Hendrik Holler, Ilo Gansel, Natascha Paulick, Maren Kroymann, Teresa Harder, Thomas Sarbacher, Hubert Mulzer, Gerald Alexander Held, Johanna Gastdorf, Friederike Wagner, Dennis Gansel y Ron Jones.

    Premios

    Premio del Jurado del Festival de Sundance Nominada al Premio del Público en los Premios Europeos del Cine

    Sinopsis

    Alemania hoy. Rainer (Jürgen Vogel) está enfadado. A este profesor de instituto le ha tocado el tema de la Autocracia para los proyectos de la próxima semana. No es realmente su tema preferido. Habiendo sido en su juventud un ocupa en Berlín y habiendo participado en numerosas manifestaciones de izquierda, Rainer prefiere enseñar las ideas tras la anarquía. Pero su colega, el Dr. Wieland, se niega a hacer el cambio. Mientras tanto, en el grupo de teatro se desarrolla un gran drama, pero no sobre el escenario precisamente. Los ensayos para la obra “The Visit,” de Friedrich Dürrenmatt, amenanzan con terminar de desorganizarse completamente. El director Dennis (Jacob Matschenz) está a punto de rendirse ante sus actores, mientras que la actriz principal Karo (Jennifer Ulrich) mantiene una lucha férrea con el payaso de la clase Ferdi (Ferdinand Schmidt-Modrow), quien se niega a ajustarse al guión. En la piscina del instituto, Marco (Max Riemelt) golpea el agua con furia. El partido de polo está resultando todo un desastre. No importa cuán duro practiquen y entrenen, no hay forma de progresar frente a los otros equipos, y el entrenador no hace más que pedirles que por una vez jueguen como un equipo. La moral de Marco está por los suelos. Tampoco le apetece volver a casa con su madre alcohólica y su nuevo amante, así que echa todo el tiempo que puede en casa de su novia Karo. Al menos ella tiene una familia real, un hogar estable. A pesar de que Marco y Karo han estado discutiendo recientemente, cuando llega el fin de semana, no faltan a su cita en su club favorito, el Casino, lugar al que van todos los chicos mayores del instituto. Lunes. El Grupo de Autocracia tiene un comienzo complicado. Todos están más que hartos de discutir el fascismo, un tema perenne en las escuelas alemanas que solamente consigue enojar a la clase. «Vale sí, los Nazis eran una mierda. Ya hemos captado el mensaje. Entonces alguien comenta algo que despierta una reflexión en Rainer, que se pregunta si no creen que otra dictadura sea posible en Alemania? En ese mismo momento, decide llevar a cabo un experimento con la clase. En primer lugar, necesitan a un líder, una figura de autoridad. Ordena a los alumnos que le llamen Mr. Wieland desde ese mismo momento, y siempre dirigirse a él en pie. De un momento a otro la clase se infunde de disciplina y concentración. Rainer les apremia a la fuerza a través de la disciplina. Kevin (Maximilian Mauff) rechaza las reglas del juego y es expulsado de clase. Esta nueva energía absorbe incluso a no miembros de la clase, como Tim (Frederick Lau). Martes. Rainer no puede creer lo que ve. En vez de caos y ruido, tiene ante sí una clase ordenada y de comportamiento impecable. A continuación, ofrece el eslogan del día, fuerza a través de la unidad. Los alumnos con notas malas son sentados al lado de otros alumnos con mejores resultados, ya que si todos trabajan juntos, serán más fuertes. La clase acoge la sugerencia de introducir un uniforme de camisa blanca con entusiasmo. Miércoles. Karo no sabe qué esta pasado. Ella ha sido la única que no ha respetado el código de vestimenta, y es que no le gusta el blanco, y ahora se siente como una oveja negra entre la gente de su clase. Normalmente, es ella la que lidera la clase, pero ahora de repente, se ve relegada a un lado, por una simple camisa. Su incomodidad crece más y más durante la clase. Cuando los alumnos recogen sugerencias para dar un nombre al movimiento, Karo es claramente ignorada. El hecho de que sea la sugerencia, La Ola, de su novio la que salga elegida no hace mas que empeorar las cosas. Sintiéndose insultada, Karo comienza a replegarse. No puede ya ni confiar en su mejor amiga, Lisa (Cristina Do Rego). La energía de La Ola comienza a extenderse por el grupo de teatro y el equipo de waterpolo también. En lugar de competir entre ellos, de repente los chicos comienza a cooperar entre sí. Su espíritu de equipo resulta infeccioso. El entusiasmo de los miembros de La Ola es imparable: Sinan (Elyas M’Barek) diseña un logo para ellos. Tim les crea un sitio web, montan su propio blog en MySpace. La Ola va ganando fuerza. Rainer lo llama «Fuerza a través de la acción,» un lema que sus seguidores no tardan en hacer realidad: en una sola noche llenan las paredes de la cuidad con graffittis con su logo. Jueves. La Ola se ha adueñado de toda la escuela. Con orgullo, Sinan y Bomber (Maximilian Vollmar) enseñan a Rainer el saludo de La Ola que han ideado. Cuando Karo ve que a los alumnos que no hacen el saludo se les niega el acceso a la escuela, decide que ya ha tenido bastante. En ese momento, se enfrenta a Rainer. Éste, a su vez, está teniendo problemas familiares. Su esposa, Anke (Christiane Paul), esta furiosa con él. En la sala de juntas están reunidos hablando sobre el propio Rainer. Cuando Tim aparece para ofrecerse como guardaespaldas personal de Rainer, él mismo comienza a darse cuenta de que las cosas han ido demasiado lejos y de que está perdiendo el control de La Ola. Viernes. La clase se rebela. Durante la noche, alguien ha distribuido flyers con el lema de «Paremos La Ola por toda la escuela. Las sospechas recaen inmediatamente sobre Karo. Pero primero tienen que ocuparse del partido de waterpolo contra otro instituto. El equipo tiene las gradas llenas de seguidores. Por todos lados pueden verse camisas blancas. La atmósfera es perfecta, el equipo se entrega al cien por cien, están ganando el partido. De repente, el clima se descontrola. Karo y Mona (Amelie Kiefer) se han colado en el partido y empiezan a repartir folletos de Paremos La Ola por todas partes. En ese momento todo se descontrola. Surge una pelea entre los alumnos del instituto rival y entre los propios jugadores. El árbitro cancela el partido. Marco no puede creer lo que ha sucedido y se enfrenta a Karo. En su furia, le golpea. La Ola se ha convertido en un monstruo. Asombrado por su propia reacción, Marco acude a casa de Rainer y le suplica que ponga fin al experimento. La Ola se ha descontrolado completamente. Rainer se da cuenta de que todo ha ido demasiado lejos, pero ¿cómo parar La Ola? ¿Conserva él aún el poder para parar este movimiento?

    Comentario

    Jugar con fuego. Siempre ha sido, es y será peligroso. Pero ¿es que acaso lo ignorábamos?. Sí y no. Cada dos generaciones hay que volver a recordarlo. Esta claro. Tras una dictadura criminal, el paisaje después de la batalla resulta no sólo desolador sino anodino; los contendientes se esfuman, desaparecen, física o socialmente; están bajo tierra o bajo falso techo; y nadie se atreve a revolver el estiércol. Los hijos de los contendientes evitan ser señalados alzando así un muro de silencio hasta la siguiente generación. Y es entonces cuando aparece un pernicioso espejismo: el de un tiempo nuevo, un tejido nuevo, con las heridas supuestamente curadas de un pasado deleznable, asqueroso sí, pero “superado”. Un tiempo aparentemente instalado en la Libertad de pensamiento y opinión“...aquello fue una locura colectiva que no volverá a repetirse”, que dicen tantos; pero ellos, los más jóvenes, no saben (no pueden saberlo) que la locura es contagiosa y se propaga a la velocidad del fuego. Que no hay vacuna contra la rabia cainita y que sólo la conciencia del peligro, -siempre latente y al acecho- puede paliar (que no evitar) otra espiral de muerte y odio. Ese es el interesante experimento que nos presenta el jovencísimo Dennis Gansel, una fórmula tan clásica como explosiva, a saber: un líder, un auditorio desorientado y un súbito, reconfortante, espíritu de cuerpo. Lo demás es puro vértigo. Aunque “La ola” no es una película perfecta en su ejecución, Gansel (el de “Napola” y los niños/robots de las escuelas nazis) sabe imprimir al relato tensión y buen ritmo. En sus manos los jóvenes actores funcionan perfectamente, en la misma sintonía de un director que les perfila bien y les saca partido. El invento merece la pena; es un sano ejercicio.