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Sinopsis
Javier (Benjamín Vicuña) y Amanda (Elena Anaya) son una pareja aparentemente normal. Se aman, pero comparten el gran dolor por la muerte de un hijo. Nunca sabremos los detalles, pero poco a poco iremos viendo reflejado en ellos su dolor. Una noche, luego que Amanda se despertara y automáticamente fuera a la cocina a preparar la mamadera de su hijo, deciden separarse. Será el primero de una serie de momentos donde ambas vidas se alejaran inexorablemente. Ellos se irán encontrando a lo largo de periodos indefinidos de tiempo. Pasan los meses. Javier con su novia Manuela, van a cenar al departamento de un amigo. Durante la cena llega Amanda quien viene sola. Javier percibe que el dolor que tienen en común sigue muy presente. Javier con Manuela se van a vivir juntos. Todo parece estar muy bien entre ellos, pero un acontecimiento climático, una súbita nevada, fenómeno inusual en Santiago de Chile, hace que Javier y Amanda por primera vez necesiten hablarse. Esa noche, Javier decide dejar a Manuela. Amanda hace lo mismo con su pareja. Se dan una nueva oportunidad. Javier y Amanda se van una semana al sur de Chile. Allá intentan recuperarse como pareja. Pero una noche Amanda cambia y comienza a llorar. Le dice a Javier que ha sido muy feliz, pero que le hace daño estar con él, porque si son felices es como si se borrara la memoria de su hijo. Esa noche ocurre un evento extraordinario. Alguien ha comenzado a lanzar fuegos artificiales sobre el lago. Al amanecer Javier y Amanda hacen el amor. Luego Javier la va a dejar al aeropuerto y separan esta vez definitivamente. Javier no sabe dónde ir. Sale del aeropuerto y termina entrando a un restaurant familiar. Javier comienza a llorar, como si todo el dolor acumulado hubiera decidido salir en ese lugar, mientras los clientes del restaurant quedan en silencio, mirándolo.