LA MÁQUINA MATAMALVADOS (1952)

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    Titulo original: La macchina ammazzacattivi
    Año: 1952 (Reposición)
    País: Italia
    Duración: 80 min.
    Dirección: Roberto Rossellini
    Guión: Sergio Amidei, Giancarlo Vigorelli, Franco Busati, Liana Ferri, Roberto Rossellini
    Música: Renzo Rossellini

    Intérpretes

    Gennaro Pisano, Marilyn Buferd, William Tubbs, Helen Tubbs, Pietro Carloni, Giovanni Amato, Clara Bindi, Giacomo Furia, Joseph Falletta, Camillo Buonanni, Aldo Giuffrè, Aldo Nanni, Gaio Visconti y Carlo Giuffrè.

    Sinopsis

    Celestino Esposito (Gennaro Pisano), modesto fotógrafo de pueblo, es un hombre sencillo, amante de la justicia y muy devoto de S. Andrés. Una tarde de fiesta, un viejo peregrino, en el que él reconoce a su Santo, le pide hospedaje y le enseña un sistema infalible para eliminar, por medio de su primitivo aparato fotográfico, a todos los malos y deshonestos, dejando limpio el pueblo. Bastará con que él fotografíe una segunda vez a una persona anteriormente fotografiada, retratándola de su primera fotografía: la persona elegida así morirá. Una vieja tacaña ha dejado una herencia considerable para repartirla entre los tres más pobres del pueblo: esta generosa acción desata la ambición de mucha gente que se afanan por impedir que se cumplan las cláusulas del testamento. Interviene Celestino, que hace justicia, enviando a los malvados al cementerio. El testamento se ha cumplido, los pobres son beneficiados; pero Celestino descubre que también los pobres son deshonestos y los manda al cementerio también a ellos. En este momento reaparece el peregrino, que no es S. Andrés, sino un diablo, que recuerda a Celestino que no se puede conseguir el bien haciendo el mal. Celestino vuelve en sí: ha sido sólo un extraño sueño. Sus presuntas víctimas están todas vivas y coleando.

    Comentario

    Una fábula sobre la desconfianza en el poder de la cámara (o del cine) para reproducir la vida. El protagonista es un pobre diablo, fotógrafo de pueblo, agobiado por las deudas a quien se aparece el diablo y le concede el poder de hacer desaparecer del mundo a cualquiera que desee, simplemente fotografiándolo (los fotografiados no mueren, simplemente desaparecen y se desconoce su paradero).