Intérpretes
Sinopsis
China, en el siglo X, bajo el dominio de la Dinastía Tang Posterior. En el Palacio Imperial, la familia imperial se reúne para observar el festival Chong Yang, una celebración ancestral para escapar de la mala fortuna tradicionalmente asociada con los crisantemos. En el palacio, la Emperatriz (Gong Li), su hijo menor, el Príncipe Yu (Qin Junjie), y su hijastro, el Príncipe Heredero Wan (Liu Ye), esperan el regreso del Emperador (Chow Yun Fat) y del Príncipe Jai (Jay Chou), el mediano de los tres príncipes. El Príncipe Jai, endurecido en la batalla, ha estado liderando un ejército para asegurar la frontera norte del Imperio, y el Emperador, acompañado por su Guardia Imperial, ha acudido a su encuentro. Los cortesanos, las doncellas y los eunucos de Palacio se mueven con una precisión militar digna de los guardias y soldados que marchan. La familia real es atendida constantemente por sirvientes, y todas sus palabras y acciones están sujetas a una rígida ceremonia. La bella Emperatriz se encuentra visiblemente afectada por una enfermedad que se apodera de ella con una fuerza catastrófica, particularmente cuando ha bebido la medicina de hierbas prescrita por el Emperador. Varias veces al día, los herboristas llevan a la Emperatriz un cuenco de un fuerte líquido negro que no tiene más remedio que beber, ya que sabe que el Emperador sería informado si se negara. La Emperatriz se queda sorprendida al saber que el Príncipe Wan, su amante secreto durante unos tres años e hijo del Emperador y de su difunta primera mujer, desea abandonar el Palacio Imperial y trasladarse a una capital de provincias. Mientras tanto, el Emperador tiene una reunión cordial aunque contenciosa de algún modo, con su segundo hijo, Jai. El emperador está orgulloso del éxito militar de Jai pero recela de su ambición, y advierte a su hijo que no intente arrebatarle el poder. Cuando el Emperador regresa a Palacio se reúne con su herborista jefe, el Médico Imperial (Ni Dahong) y la hija y aprendiz de Jiang, Chan (Li Man). Sólo ellos saben que el Emper