LA HERENCIA FERRAMONTI

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    Titulo original: Ereditá Ferramonti
    Año: 1976
    País: Italia
    Duración: 118 min.
    Dirección: Mauro Bolognini.
    Guión: Ugo Pirro, Sergio Bazzini y Roberto Bigazzi, basado en una novela de Gaetano Carlo Chelli.
    Música: Ennio Morricone.

    Intérpretes

    Anthony Quinn, Dominique Sanda, Fabio Testi, Luigi Proietti, Adriana Asti, Paolo Bonacelli, Rossella Rusconi, Harold Bradley, Carlo Palmucci, Silvia Cerio, Maria Russo, Simone Santo y Rossana Di Lorenzo.

    Sinopsis

    Roma. 1880. Gregorio Ferramonti (Anthony Quinn) ha decidido cerrar su panadería, un negocio familiar del que hasta ahora vivía toda su familia. Gracias a esta decisión ya puede decirles a sus dos hijos varones, Pippo (Luigi Proietti) y Mario (Fabio Testi) y a su hija Teta (Adriana Asti), que deberán buscarse la vida por sus propios recursos. Pero también está Irene Carelli (Dominique Sanda), casada con Pippo, una mujer preciosa, tímida y reservada, de baja extracción pero tan hermosa como decidida y ambiciosa, que se ha propuesto hacerse con la herencia de los Ferramonti a toda costa. Para ello actúa con inteligencia, calculando cada paso que da y sus posibles consecuencias. Su objetivo final es lograr la herencia del viejo patriarca, sirviéndose para ello de las intrigas en las que se halla enzarzada la familia, de sus seductoras armas de mujer y de una astucia tan grande como su ambición. Así, convence a los hermanos que deben impedir que su padre se vuelva a enamorar bajo el riesgo de perder la herencia. Aunque tenga que disolver sus suspicacias seduciendo y acostándose con su cuñado Mario.

    Comentario

    Mauro Bolognini lleva al cine una rara novela corta publicada en 1883 por Gaetano Chelli, que permaneció olvidada durante décadas y que cuando fue redescubierta por Italo Calvino, alcanzo grandes cotas de popularidad. Es una película de espíritu viscontiano que retrata la vida de la nueva burguesía romana de la segunda mitad del siglo XIX. Cuenta con una plástica bellísima, con decorados y fotografía muy cuidados, y con una brillante interpretación de un Anthony Quinn que recuerda al Burt Lancaster de El Gatopardo, que está estupendamente secundado por una bellísima Dominique Sanda y por un Fabio Testi en su mejor momento. Melodrama de época, complejo y muy inteligente, que está entre lo mejor de su director.