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Sinopsis
Nicolás (Ricardo Darín) cree haber encontrado a la familia que siempre ha deseado tener, a la mujer de su vida y al hijo que no ha tenido cuando, durante un vuelo en el que viaja desde Alicante a Barcelona, conoce a Ingrid (Irène Jacob), una ornitóloga que estudia el paso de las palomas torcaces, y a su hijo Raúl (Víctor Valdivia). Él es un inventor de juguetes con el síndrome de Peter Pan, que se niega a crecer. Ella, Ingrid, viuda reciente de un capitán de aviación muerto en Irak, es una ornitóloga que estudia en Cataluña el paso de las palomas torcaces. Raúl tiene ocho años y es un fantaseador de primer orden. A partir de este encuentro, la historia de amor a tres será perfecta hasta que repentinamente un día Ingrid decide que todo se ha acabado. Ingrid lamenta, repentinamente, que las cosas no funcionan e intenta por todos los medios que Nicolás se sienta desplazado. Ingrid, inflexible, lo destierra del dormitorio. ¿Tiene un amante? En el colmo de su depresión, Nicolás está dispuesto a compartirla. Ingrid considera que semejante propuesta es un disparate. Nicolás no entiende por qué Ingrid quiere cortar la relación. No hay quien entienda sus razones: nunca serán más felices de lo que lo han sido hasta ese momento. Y entonces aparece Sezar (Bebe), una joven argelina de origen iraquí, que, estudiante de francés de paso hacia la Sorbona, si tiene la suerte de conseguir una beca, trabaja hasta que llegue ese momento como cajera en el supermercado del pueblo donde viven Ingrid y Nicolás. Sezar, acosada por su jefe y por la pandilla de su novio, irrumpe en la vida de Nicolás, Ingrid y Raúl. Y enseguida Raúl la identifica como un hada capaz de arreglar el caos que de repente ha surgido en su feliz familia. Pero para que Sezar sea una verdadera hada, Raúl tendrá primero que educarla.