Titulo original: Entre les murs
Año: 2008
País: Francia
Duración: 128 min.
Dirección: Laurent Cantet
Guión: François Bégaudeau, Robin Campillo y Laurent Cantet, basado en el libro de François Bégaudeau "Entre les murs".
Intérpretes
François Bégaudeau, Nassim Amrabt, Laura Baquela, Cherif Bounaïdja Rachedi, Juliette Demaille, Dalla Doucoure, Arthur Fogel, Damien Gomes, Louise Grinberg, Qifei Huang, Wei Huang, Franck Keïta, Henriette Kasarhuanda, Lucie Landrevie, Agame Malembo-Emene, Rabah Naït Oufella, Carl Nanor, Esmeralda Ouertani, Burak Özyilmaz, Eva Paradiso, Rachel Régulier, Angélica Sancio, Samantha Soupirot, Boubacar Touré, Justine Wu, Atouma Dioumassy, Nitany Gueyes, Vincent Caire, Olivier Dupeyron, Patrick Dureuil, Frédéric Faujas, Dorothée Guilbot, Cécile Lagarde, Anne Langlois, Yvette Mournetas, Vincent Robert y Anne Wallimann-Charpentier.
Premios
Nominada al Oscar a la Mejor Película de habla no inglesa.
Palma de Oro del Festival Internacional de Cine de Cannes.
Nominada a los Premios Europeos del Cine al Mejor Director y a la Mejor Película.
Seleccionada para la sección Zabaltegi del Festival Internacional de Cine de San Sebastián.
Nominada al Goya a la Mejor Película Europea
Sinopsis
François Marin (François Bégaudeau) es un joven profesor de lengua francesa en un instituto difícil y conflictivo de las afueras de París; sus alumnos tienen entre 14 y 15 años. Es también el tutor de este curso de jóvenes interraciales. François y los demás profesores se preparan para enfrentarse a un nuevo curso. Llenos de buenas intenciones, deseosos de aportar la mejor educación a sus alumnos, se arman contra el desaliento. Pero las culturas y las actitudes se enfrentan en el aula, microcosmos de la Francia contemporánea. Por muy divertidos y estimulantes que sean los adolescentes, sus comportamientos pueden cortar de raíz el entusiasmo de un profesor que no cobra bastante. La tremenda franqueza de François sorprende a sus alumnos, pero su estricto sentido de la ética se tambalea cuando los jóvenes empiezan a no aceptar sus métodos. No duda en enfrentarse a Sandra (Esmeralda Ouertani), a Souleymane (Franck Keïta), a Khoumba (Rachel Régulier) y a los demás en estimulantes batallas verbales, como si la lengua estuviera en juego. Se esfuerza por enseñarles el idioma a la vez que busca estimular su imaginación y procuira resolver los conflictos entre sus alumnos. En el aula de profesores está bien considerado, llevándose bien con todos ellos: Vincent (Vincent Caire), Olivier (Olivier Dupeyron), Patrick (Patrick Dureuil), Fred (Frédéric Faujas), Rachel (Dorothée Guilbot) y los demás. También los padres de los chicos, con sus preocupaciones a cuestas, en el fondo le aprecian. Pero un día se produce un enfrentamiento con uno de sus alumnos. Le expulsa de la clase y provoca que se reúna el consejo de disciplina escolar. Una sanción puede suponer para el chico la expulsión definitiva del instituto. Para estos jóvenes alumnos el aprendizaje de la democracia puede implicar auténticos riesgos.
Comentario
Es fácil clasificar la película de Cantet como “cine social” pero quedaría bastante rácano porque Cantet ha hecho aquí Cine sin etiquetas,algo muy cercano al Cine puro, sin más. Junto al creador de la historia y co-guionista François Bégaudeau (el profe protagonista) el director ha tomado una serie de decisiones (personajes, situaciones, momentos...) que hablan no sólo de su sabiduría y del tratamiento hones to del tema sino –y sobre todo- hablan de su sensibilidad para darnos de bruces con una verdad urgente y concreta. Si estuviéramos ante un documental hablaríamos de un gran acierto, un espejo de fidelidad óptima; pero la historia, en manos de Cantet, es mucho más que eso, es un ejercicio de creación innata; y de dominio absoluto de la escena. Sólo de esa forma puede calar tan rápidamente en el espectador su fascinante clima de peligro, esa permanente inquietud que entraña caminar por el filo de la navaja, entre la ad miración y la hostilidad, entre el caos y la esperanza.Y eso lo consigue porque el respeto y la inteligencia se pasean y conjuran el descalabro que siempre amenaza. Además de la energía y del continuo desafío adolescente, y además de los retos que el profesor asume y les lanza, entre las cuatro paredes del aula (“Entre les murs”, es su título original) hay un indiscutible protagonista: el diálogo, la palabra, que tan magistralmente define el mundo que nunca llegamos a ver, el mundo de fuera. Pero poco importa esa ausencia del exterior (más bien se justifica por sí misma) porque “La clase” consigue desplegar (sin síntoma alguno de claustrofobia) todo un catálogo de mundos y culturas, convirtiéndose auto máticamente en un fantástico caleidoscopio de la realidad.