Intérpretes
Sinopsis
Érase una vez un imperio en el que nunca se ponía el sol. Este imperio tenía una corte. Esa corte tenía un rey, pero ese rey no tenía heredero. Casan al rey, que entiende que lo de copular es un deber de estado. Lo intenta con ejemplar dedicación, pero no le sale. Muley de Benisano, médico-cirujano, diagnostica al rey un exceso de soma y una falta de presión. La cacería de osos mesetarios y los auxilios de la negra Zaina tampoco dan resultado. Salomón, el bufón de las bolas sabias, decide preñar por su cuenta a la reina y cooperar así a lo del heredero. No lo consigue. En un esfuerzo supremo y mientras una duquesa, fiel depositaria de valores morales, se encarga de la reina, la corte se apiña torno al rey. De tales formas, el imperio se quedó sin heredero.