IL DIVO

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    Titulo original: Il divo
    Año: 2008
    País: Italia - Francia
    Duración: 110 min.
    Dirección: Paolo Sorrentino
    Guión: Paolo Sorrentino
    Música: Teho Teardo. Temas musicales: "La prima cosa bella", interpretado por Ricchi e Poveri; "I migliori anni della nostra vita", interpretado por Renato Zero; "Toop Toop", interpretado con Cassius; "'Allegro”, del Concierto para Flauta y Cuerdas No. 3 en D mayor op. 10 “Il Gardellino”, de Antonio Vivaldi, interpretaddo por Orpheus Chamber Orchestra; "Pavane en F-sharp menor op. 50", de Gabriel Fauré, interpretado por Choeur de l'Orchestre Symphonique de Montréal; "Pohjolan tytär op. 49", de Jean Sibelius, interpretado por Iceland Symphony Orchestra; "Symphony No. 3 in C minor op. 78", interpretado por Münchner Symphoniker; "Nux Vomica", interpretado por The Veils; "Da da da, ich lieb dich nicht du liebst mich nicht aha aha aha", interpretado por Trio; "E la chiamano estate", interpretado por Bruno Martino; "Gammelpop", interpretado por Barbara Morgenstern y Robert Lippock; "Danse macabre op. 40", de Camille Saint-Saëns, interpretado por CSR Symphony Orchestra; y "Concierto para violín en D menor op. 40", de Camille Saint-Saëns, interpretado por CSR Symphony Orchestra

    Intérpretes

    Toni Servillo, Anna Bonaiuto, Piera Degli Esposti, Paolo Graziosi, Giulio Bosetti, Flavio Bucci, Carlo Buccirosso, Giorgio Colangeli, Alberto Cracco, Lorenzo Gioielli, Gianfelice Imparato, Massimo Popolizio, Aldo Ralli, Giovanni Vettorazzo, Cristina Serafini, Achille Brugnini y Fanny Ardant.

    Premios

    Premio del Jurado del Festival Internacional de Cine de Cannes. Premio al Mejor Actor (Toni Servillo) en los Premios Europeos del Cine. Nominada a los Premios Europeos del Cine a la Mejor Película, Mejor Director, Mejor Guión y Mejor Fotografía.
    Premio Euroimages del Festival de Sevilla de Cine Europeo.
    Nominada al Oscar al Mejor Maquillaje.

    Sinopsis

    En Roma, al amanecer, cuando todo el mundo duerme, un hombre está despierto. Ese hombre es Giulio Andreotti (Paolo Sorrentino). Está despierto porque tiene que trabajar, escribir libros, moverse en los círculos de moda, y por último, aunque no menos importante, para rezar. Tranquilo, astuto e inescrutable, hace más de cuarenta años que Andreotti es sinónimo de poder en Italia. A principios de los años noventa, este hombre impasible pero sugerente, ambiguo pero tranquilizador, está preparado para asumir su séptimo mandato de Primer Ministro sin arrogancia y sin humildad. Andreotti se acerca a los setenta años y es un gerontócrata al que, con todos los atributos de Dios, no le da miedo nadie y no conoce el significado de intimidación, ya que está acostumbrado a verla en las caras de todos sus interlocutores. Su satisfacción es opaca, impalpable. Para él, la satisfacción es poder, con el que mantiene una relación simbiótica. El poder como a él le gusta. Inquebrantable e inmutable, desde el principio. Emerge indemne de todo: de las batallas electorales, de las masacres terroristas, de las acusaciones calumniosas. Nada de esto le toca, nada le cambia. Hasta que la Mafia, el contrapoder más poderoso de Italia, le declaró la guerra. Entonces las cosas cambiaron. Incluso para el enigmático, el inmortal Andreotti. Pero la cuestión es la siguiente: ¿cambian de verdad o sólo en apariencia? Estamos seguros de una cosa: es difícil empañar la figura de Andreotti, el hombre que sabe de qué va el mundo mucho mejor que cualquiera de nosotros.

    Comentario

    Dirigida por Paolo Sorrentino ("Las consecuencias del amor"), la película propone una visión sarcástica de la figura de Guilio Andreotti (al que el actor Toni Servillo le caricaturiza perfectamente), el líder de la Democracia Cristiana italiana durante décadas, 25 veces ministro, 7 veces presidente del Consejo, que en los años 90 fue juzgado por corrupción (sin llegar a ser condenado) y del que se insinuó persistentemente que tenía algo que ver con el asesinato de Aldo Moro. Paolo Sorrentino es cruel con el personaje, ridiculizándolo hasta el extremo, para mostrar sus relaciones con los poderosos, la Iglesia y la Mafia. La película muestra a Andreotti de forma sarcástica, casi como un vampiro que se desliza por los meandros del poder de forma sinuosa, devoto católico y políticamente implacable con sus enemigos, permanente seguidor de Alcide De Gasperi (el fundador de la Democracia Cristiana tras la II Guerra Mundial), cuyos libros Andreotti lee permanentemente, motor de una serie de personajes-marioneta a los que Sorrentino admira y detesta a un tiempo. La película constituye un eficaz retrato de varias décadas de política italiana, con el Vaticano, la logia P2, la mafia y los demás políticos de la D.C: siempre bailando a su alrededor.