Titulo original: Hitchcock
Año: 2012
País: EE.UU.
Duración: 98 min.
Dirección: Sacha Gervasi
Guión: John J. McLaughlin, basado en el libro "Alfred Hitchcock and the Making of Psycho", de Stephen Rebello.
Música:
Danny Elfman.
Intérpretes
Anthony Hopkins, Helen Mirren, Scarlett Johansson, Danny Huston, Toni Collette, Michael Stuhlbarg, Michael Wincott, Jessica Biel, James D`Arcy, Richard Portnow, Kurtwood Smith, Ralph Macchio, Kai Lennox, Tara Summers, Wallace Langham, Paul Schackman, Currie Graham, Spencer Garrett, Terry Rhoads, Tom Virtue, Karina Deyko, Steven Lee Allen, Richard Chassler, Frank Collison, Melinda Chilton, Mary Anne McGarry, Jon Abrahams, Gil McKinney, Emma Julia Jacobs, Spencer Leigh, Sean MacPherson, Gerald Casale, Tara Arroyave, Judith Hoag, Josh Yeo, Danielle Burgio, John Lacy, Howard Gibson, Josette Prevost, Lorie Stewart, Jaehne Moebius, Ana Matallana, Lindsey Ginter, Paul Henderson, Kay Henderson, Lisa Marie Boiko, Richard Burns, Meredith Claire, Alexia DuBasso, Jonn Faircrest, Gina Fricchione, James R. Gavio, James Henderson, Bruce Holman, Dion W.H. Holt, Jeremiah Hundley, Sebastian Vale, Michael Kurtz, Joseph Martino, Jeremy S. Miles, Jon Renfield, Linda Sans, James Tappan, Jon Thibault, Jason Wingo, Rapunzel, Cynthia Youngblood, Kimberly Howard, Gary Sievers, Karissa Barney, Bill Blair, Lee Christian, Sabrina Diaz, Leni Ford, Christopher J. Goodman, David Hill, Ian Mackay, Craig Meier, Tom Michaels, Geoff Pilkington, Deborah Rombaut, John Rothman, Matt Samuel, Mia Serafino, Joel Thingvall, London Vale, Cletus Young y Rafael Zubizarreta.
Premios
Nominada al Oscar al Mejor Maquillaje.
Nominada a los Premios BAFTA de la Academia de Cine Británico a la Mejor Actriz (Hellen Mirren) y al Mejor Maquillaje y Peluquería
Nominada al Globo de Oro a la Mejor Actriz (Helen Mirren).
Sinopsis
Alfred Hitchcock (Anthony Hopkins), es el profeta de la Meca del cine, Hollywood. Nadie puede esperar a que salga su nueva película, todo actor vendería a su madre por trabajar para él. Sin embargo, el director sorprende a todo el mundo cuando decide adaptar una novela de asesinatos de baja categoría llamada “Psicosis”. Con la desconfianza inicial de todos los que le rodeaban y erigiéndose Paramount Pictures como el primer escollo a superar (ya que se negaba a financiar una cinta tan polémica para la época), Hitchcock encuentra en su obsesión por ver terminada su película y en su mujer Alma Reville (Hellen Mirren), los principales pilares que le otorgan fuerza suficiente para llevar a cabo sus pretensiones. Hitchcock decidirá financiarlo él mismo y rodarla con un equipo barato de TV, con Janet Leigh (Scarlett Johansson) como la gran protagonista que muere a los 30 minutos de narración. Este desafío le llevará a pelear con la censura y con su propia creatividad encontrando un fuerte apoyo en Alma Reville. El resultado fue un fenómeno internacional y una de las películas más famosas e influyentes de la historia, que hoy en día sigue creando escuela.
Comentario
Sabiendo que la figura de Hitchcock era inabarcable, tanto física como profesionalmente, Sacha Gervasi ha ido directamente a la anécdota, al momento concreto del rodaje de “Psicosis” entreteniéndose, eso sí, por el camino en una semblanza floja del “mago del suspense”: sus manías, sus golpes de ingenio, sus fijaciones, su mujer… un cóctel, sin empeñar demasiado, sin aspirar a un retrato definitivo y, claro, sin llegar a enormes resultados. Digamos ya de antemano que trivializa en exceso al personaje aunque el invento le ha salido correcto por los pelos; nada desentona en exceso, entre otras razones porque el departamento de maquillaje y ambientación se ha portado. Pero cuestiones plásticas al margen, lo que al final queda es la sensación de intento fallido. Y también algo anárquico en su desarrollo: siendo él, Gervasi, guionista de oficio, no se comprende la dispersión a la hora de contar la historia; el desequilibrio narrativo llega a tal punto que una buena parte del metraje se lo come Helen Mirren, en el papel de Alma, la esposa, y su presunto culebrón amoroso...se le va de las manos. Otra buena parte discurre en ese ficticio juego de condenar, o aprobar, el parecido de aquellas rubias de turno con estas que ahora vemos. Juego ocioso. Y otra parte, la más resultona, la de adivinar tras la gruesa capa de maquillaje el rostro y maneras de Anthony Hopkins con lentillas marrones y andares patosos. No está mal, es impactante, pero el efecto sólo dura un rato. El resto, anécdota tras anécdota, un entrenimiento discreto, muy por debajo del enorme Hitchcock.