GRAN TORINO (2008)

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    Titulo original: Gran Turino
    Año: 2008
    Fecha de estreno en España: 06-03-2009
    País: EE.UU. - Australia
    Duración: 116 min.
    Dirección: Clint Eastwood
    Guión: Nick Schenk, según un argumento de Dave Johannson y Nick Schenk
    Música:

    Kyle Eastwood y Michael Stevens.
    Temas musicales: «Gran Torino», interpretado por Jamie Cullum y Don Runner; «Psalm XVIII», «Esto Es Guerra», interpretado por Convoy Obanito; «We Don’t Fuck Around», interpretado por Budd-O, L.B. & Buddah; «The Bartender», interpretado por Renzo Mantovani y Doug Webb; «Maybe So», interpretado por Renzo Mantovani y Doug Webb; «Appreciation», interpretado por L.P., Buddah, Cuzz & L.B.; «Hmoob Tuag Nthi», interpretado por Rare; y «All My Hmong Mutha Fukaz», interpretado por Buddah.


    Intérpretes

    Clint Eastwood, Christopher Carley, Bee Vang, Ahney Her, Brian Haley, Geraldine Hughes, Dreama Walker, Brian Howe, John Carroll Lynch, William Hill, Brooke Chia Thao, Chee Thao, Choua Kue, Scott Eastwood, Xia Soua Chang, Sonny Vue, Doua Moua, Greg Trzaskoma, John Johns, Davis Gloff, Tom Mahard, Cory Hardrict, Nana Gbewonyo, Arthur Cartwright, Austin Douglas Smith, Conor Liam Callaghan, Michael E. Kurowski, Julia Ho, Maykao K. Lytongpao, Carlos Guadarrama, Andrew Tamez-Hull, Ramon Camacho, Antonio Mireles, Ia Vue Yang, Zoua Kue, Elvis Thao, Jerry Lee, Lee Mong Vang, Tru Hang, Alice Lor, Tong Pao Kue, Douacha Ly, Parng D. Yarng, Nelly Yang Sao Yia, Marty Bufalini, My-Ishia Cason-Brown, Clint Ward, Stephen Kue, Rochelle Winter, Claudia Rodgers, Vincent Bonasso, William C. Fox y Rio Scafone.

    Premios

    Globos de Oro: Nominada al Globo de Oro a la Mejor Canción («Gran Torino»)


    Sinopsis

    Walt Kowalski (Clint Eastwood), un trabajador del automóvil jubilado, ocupa su tiempo con reparaciones domésticas, cerveza y visitas mensuales al peluquero. Aunque el último deseo de su difunta esposa fue que se confesara, para Walt, un resentido veterano de la Guerra de Corea que mantiene su rifle M-1 limpio y listo, no hay nada que confesar. Y del único que se fía lo suficiente como para confesarse es de su perra, Daisy. Aquellos a los que solía considerar sus vecinos se han trasladado o han fallecido y han sido sustituidos por inmigrantes hmong, del sudeste asiático, que él desprecia. Ofendido por prácticamente todo lo que ve, los aleros caídos, el césped descuidado y los rostros extraños que le rodean; las pandillas sin propósito de adolescentes hmong, latinos y afroamericanos que creen que el barrio les pertenece; los extraños inmaduros en que se han convertido sus hijos, Walt sólo espera a que llegue su última hora. Hasta la noche en que alguien intenta robar su Gran Torino del 72. Tan reluciente como estaba el día en que el propio Walt ayudó a sacarlo de la cadena de montaje hace décadas, el Gran Torino hace que su tímido vecino adolescente, Thao (Bee Vang), entre en su vida cuando los pandilleros hmong presionan al chico para que intente robarlo. Pero ahí está Walt, entre el golpe y la pandilla, convirtiéndose en el reacio héroe del barrio, especialmente para la madre y la hermana mayor de Thao, Sue (Ahney Her), quien insiste en que Thao trabaje para Walt para enmendar su conducta. Si bien al principio no quiere tener nada que ver con esa gente, finalmente Walt cede y encarga al chico que arregle el vecindario, lo que dará lugar a una amistad increíble que cambiará la vida de ambos. Gracias a Thao y a la amabilidad implacable de su familia, finalmente Walt empieza a entender ciertas verdades sobre sus vecinos y sobre él mismo. Esta gente, prófugos provincianos de un pasado cruel, tienen más en común con Walt de lo que él tiene con su propia familia y le desvelan cosas íntimas que había dejado apartadas desde la guerra… como el Gran Torino guardado en las sombras de su garaje.

    Comentario

    Como una especie de testamento moral, el personaje de Eastwood, hosco, herido y con sentimiento de culpa, se enfrenta al mundo que le rodea: la muerte que le ronda a él, la vida (la de Thao y los vecinos) que le asalta y hasta le abruma; la falta de miramientos de los hijos; el arrojo de una jovencita (las mujeres, siempre tan bien consideradas) la crueldad en pandilla, o el voluntarismo inútil de alguien escasamente dotado para luchar (el cura). Son muchas cosas a la vez, las que plantea; temas mayores, cuestiones de calado y difícil solución que Eastwood, de una u otra forma, ha venido abordando ya en sus películas. Pero es justamente la forma la que seduce en esta historia. Porque esa amalgama de situaciones y problemas, esos chispazos de realidad pura, el maestro -que se las sabe todas- los maneja ahora como si de un western se tratara; un curioso western al que le da radicalmente la vuelta. Retoma sus propios orígenes, aunque el solitario justiciero que fue ya no llega al pueblo sino que son los forasteros los que le invaden la escena Y cuando toca el momento de la bronca deja bien claro cómo se arreglan las cosas. No precisamente con el rifle a punto, ni con el gatillo cerca. El Oeste, amigo, ya no es lo que fue. Nunca lo será.Y de poco sirven aquellas soluciones legendarias.Esa es ahora su oferta. Por lo demás, vemos a un actor en estado absoluto de gracia, disfrutamos de una conmovedora historia (algo larga, es verdad) pero escrita a su exacta medida; “una de vaqueros”, en fin, nada clásica, algo extraña y hasta exótica, pero salpicada de humor y de inteligencia. Por cierto, el Gran Torino dichoso es una metáfora sencillamente perfecta.