EXTRAÑOS EN UN TREN (1951)

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    Titulo original: Strangers on a train
    Año: 1951
    País: EE.UU.
    Duración: 101 min.
    Dirección: Alfred Hitchcock
    Guión: Raymond Chandler y Czenzi Ormonde, basado en la novela homónima de Patricia Highsmith, adaptada por Whitfield Cook.
    Música:

    Dimitri Tiomkin.
    Temas musicales: «The Band Played On»; y «The Merry-Go-Round Broke Down».


    Intérpretes

    Farley Granger, Ruth Roman, Robert Walker, Leo G. Carroll, Patricia Hitchcock, Laura Elliott, Marion Lorne, Jonathan Hale, Howard St. John, John Brown, Norma Varden, Robert Gist, Joel Allen, Murray Alper, Monya Andre, Brooks Benedict, Al Bridge, John Butler, Leonard Carey, Edward Clark, Jack Cushingham, John Daheim, John Doucette y Roy Engel.

    Premios

    Premios Oscar: Nominada al Oscar a la Mejor Fotografía


    Sinopsis

    En un viaje de regreso a casa, después de un importante partido de tenis, el famoso jugador de tenis Guy Haines (Farley Granger) traba conversación en el tren en el que vuelve, con un desconocido que parece estar muy al tanto de su vida. Es el joven Bruno Anthony (Robert Walker), quién le indica que conoce su amor por la joven Barbara Morton (Patricia Hitchcock), y los deseos de divorciarse de su esposa Miriam (Laura Elliott), a lo que ésta se niega. Entre bromas, le propone una idea descabellada: Bruno quiere deshacerse de su padre (Jonathan Hale) y Guy de su esposa ¿Por qué no mata cada uno de ellos al pariente del otro? De esta forma nadie sospechará porque ninguno de los dos tendrá motivos para el crimen que ejecuta. Guy no hace caso de la sugerencia y marcha a Washington. Una noche, desde la oscuridad, ve al joven Bruno que le llama, enseñándole las gafas rotas de Miriam. Guy se aterroriza, porque sabe lo que eso significa, y Bruno le reclama el segundo crimen, diciendo que ha dejado pruebas suficientes para que le condenen de la muerte de su mujer si no cumple con su parte del trato.

    Comentario

    Es uno de los títulos esenciales en la filmografía de Alfred Hitchcock y cuenta con la mejor interpretación en la carrera de Robert Walker. Partiendo de una novela de Patricia Highsmith cuya adaptación al cine lleva la firma de Raymond Chandler, el director pudo poner a punto una de sus más logradas producciones prescindiendo de estrellas de primera línea pero contando con actores competentes. No hay ni una fisura en esta fábula sobre el asesinato y los instintos asesinos.