Dimitri Tiomkin
Temas musicales: «The High and the Mighty», silbado por Muzzy Marcellino; «Ramblin’ Wreck from Georgia Tech», silbado por John Wayne; «Aloha Oe»; «Kaua I Ka Hua Hua’i», «El barbero de Sevilla», de Gioachino Rossini; «With Catlike Tread Upon Our Prey We Steal»; y «Semper Paratus».
Intérpretes
Premios
Oscar a la Mejor Música. Nominada al Oscar a las Mejores Actrices Secundarias (Claire Trevor y Jan Sterling), al Mejor Director, al Mejor Montaje y a la Mejor Canción Original («The High and the Mighty»)
Globo de Oro a la Mejor Actriz Secundaria (Jan Sterling) y a la Mejor Actriz Revelación (Karen Sharpe).
Sinopsis
En Honolulu, un avión DC-4 se prepara para despegar hacia San Francisco con 17 pasajeros y una tripulación de 5 personas: El capitán John Sullivan (Robert Stack), el cual sufre un miedo secreto a la responsabilidad después de registrar miles de horas de vuelo cuidando de la vida de los pasajeros y de la tripulación. El primer oficial Dan Roman (John Wayne), excapitán y un veterano del vuelo conocido por su hábito de silbar y que vive atormentado por un accidente aéreo en el cual fallecieron su esposa y su hijo, y lo dejó con una cojera permanente. El joven segundo oficial Hobie Wheeler (William Campbell) y el veterano navegante Lenny Wilby (Wally Brown) son contrastes de edad y experiencia. La azafata Spalding (Doe Avedon) atiende a sus pasajeros, cada uno con diferentes problemas personales, incluida la exactriz May Holst (Claire Trevor), la heredera infelizmente casada Lydia Rice (Laraine Day), la reina de belleza de edad avanzada Sally McKee (Jan Sterling) y alegre vacacionista Ed Joseph (Phil Harris). Spalding se hace amiga del enfermo terminal Frank Briscoe (Paul Fix) después de quedar prendada por su reloj de bolsillo. Una llegada de último minuto, Humphrey Agnew (Sidney Blackmer), preocupa a la tripulación por su extraño comportamiento. Después de una partida rutinaria, el avión experimenta vibraciones repentinas esporádicas. Aunque la tripulación siente que algo puede estar mal con las hélices, no pueden localizar el problema. Cuando una vibración hace que Spalding se queme la mano, Dan inspecciona el compartimento de la cola pero no encuentra nada mal. Después del anochecer, cuando el avión pasa el punto de no retorno, Agnew se enfrenta al compañero de viaje Ken Childs (David Brian), acusándolo de tener una aventura con la esposa de Agnew. Los hombres luchan y Agnew saca un arma, con la intención de dispararle a Childs, pero antes de que pueda hacerlo, el avión se desvía violentamente cuando pierde una hélice y el motor se incendia. La tripulación rápidamente extingue el fuego, pero el motor se ha desplazado de su montaje. En medio del océano, la tripulación pide ayuda y pone en marcha una operación de rescate. Dan descubre que el avión está perdiendo combustible por daños en el tanque de un ala y que, como resultado, junto con los vientos adversos y el arrastre del motor dañado, el avión se quedará sin combustible y se verá obligado a amerizar. Sin pretensiones, José Locota (John Qualen) desarma a Agnew y confisca el arma, obligándolo a sentarse en silencio. Gustave Pardee (Robert Newton), quien hasta ahora no ha ocultado su miedo a volar, inspira calma en sus aterrorizados compañeros de viaje. Dan explica con calma la situación, tratando de disminuir su ansiedad, pero advierte que sus posibilidades de llegar a la costa son «una entre mil». Los pasajeros se juntan y encuentran perspectivas cambiadas sobre sus problemas existentes. Tiran el equipaje del avión para aligerar su carga, y May Holst literalmente se despide de su abrigo de visón. En San Francisco, el gerente Tim Garfield (Regis Toomey) llega al centro de operaciones de la aerolínea pero no es optimista sobre sus posibilidades. Un cambio favorable en los vientos aumenta las esperanzas de la tripulación de que tengan suficiente combustible para llegar a San Francisco, pero Wilby descubre que cometió un error elemental en la navegación y que el tiempo restante real en el aire es inadecuado. La experiencia de Dan le dice que su suerte sería mejor tratando de llegar a la tierra que adentrarse en los mares agitados por la noche. Sullivan entra en pánico y se prepara para deshacerse de inmediato, pero Dan lo evita por la fuerza. Pensando claramente de nuevo, Sullivan decide no abandonar. Cuando el avión se acerca a San Francisco, barrido por la lluvia, en medio de la noche y a una altitud peligrosamente baja, el aeropuerto se prepara para un aterrizaje de emergencia con instrumentos. El avión sobrepasa por poco las colinas de la ciudad y sale de las nubes con las luces de la pista delante, guiándolas a un aterrizaje seguro. Mientras los pasajeros desembarcan, Garfield observa sus reacciones mientras son acosados por reporteros curiosos. Después de que el tumulto se acabe, se une a la tripulación para inspeccionar el avión dañado y le informa a Dan que solo quedaban 30 galones de gasolina en sus tanques. Dan reconoce la apuesta que tomaron y se aleja, cojeando y silbando. «Hasta luego…viejo pelícano», murmura Garfield para sí mismo.