Titulo original: Dans la maison
Año: 2012
País: Francia
Duración: 105 min.
Dirección: François Ozon
Guión: François Ozon, basado en la obra de teatro "El chico de la última fila", de Juan Mayorga.
Música:
Philippe Rombi.
Intérpretes
Fabrice Luchini, Kristin Scott Thomas, Emmanuelle Seigner, Denis Ménochet, Ernst Umhauer, Bastien Ughetto, Jean-François Balmer, Yolande Moreau, Catherine Davenier, Vincent Schmitt, Jacques Bosc, Stéphanie Campion, Ronny Pong, Diana Stewart, Jana Bittnerova, Nadir Azni, Bénérice Barbin, Marie Brunet, Cyril Chaussivert, Matthieu Cisse, Yann Conflant, Manon Delaître, Noé Fournier, Vincent Hocini, Guillaume Jacques, Marie Jupille, Cendro Kancel, Belkacem Lalaoui, Alain Lhostis, Antoine Louis, Kevin Méanard, Mehdi Meskar, Mohamed Dahmane El Mehdi, Mélissa Placide, Olivier Royer, Hana Tanem, Christian Tongkhiane, Gaëtan Vajou y Fabrice Colson.
Premios
Concha de Oro y Premio al Mejor Guión en el Festival Internacional de Cine de San Sebastián.
Nominada al Goya a la Mejor Película Europea.
Nominada al Premio del Círculo de Escritores Cinematográficos a la Mejor Película Extranjera.
Sinopsis
Empieza el año escolar. Germain (Fabrice Luchini), profesor de francés, corrige los deberes de sus nuevos alumnos. Son desastrosos. Sin embargo, Claude Garcia (Ernst Umhauer) un chico de 16 años, que prefiere sentarse discretamente en la última fila, desde donde se puede ver a los demás, demuestra tener un afilado sentido de la observación, incluso una visión sutil. El profesor comparte con su esposa Jeanne (Kristin Scott Thomas), directora de una galería de arte vanguardista, los trabajos de su alumno, que cuenta su relación con un compañero, Rapha Artole (Bastien Ughetto), como logra ser invitado en la aburrida casa burguesa de este y conocer a sus padres Raphael (Denis Ménochet) y Esther (Emmanuelle Seigner). Alentado por el profesor, elabora una serie de redacciones por entregas de tipo folletín, penetrando en el mundo de esta familia perteneciente a la pequeña burguesía, con sus esperanzas y frustraciones, que contrasta con la del propio profesor, más cercana a la vida intelectual y artística. Germain, impresionado por el talento de este sorprendente alumno, recobra las ganas de enseñar, pero la intrusión desencadena una serie de acontecimientos incontrolables. La realidad y la ficción se entremezclan hasta confundirse en un juego ingenioso. Pero ¿qué oscuras intenciones esconde el joven y hasta dónde llegarán sus maquinaciones?
Comentario
La cosa va de interacciones y viceversas; así, tal cual: de cómo la ficción actúa sobre la realidad y de cómo la realidad interviene en la ficción. O sea, un viaje siempre de ida y vuelta. El de ida lo inicia un chaval espabilado, tirando a rarito y procaz. Una especie de “la excepción que confirma la regla”. Y el de vuelta –como su propio nombre indica- un profesor de Literatura que está de idem de casi todo en las aulas. Y en la vida. Es decir, él es la regla que apenas conoce la excepción. A partir de ahí, uno y otro se afilan las uñas. Total: que cuando uno entra “En la casa” tiene la agradable sensación de pisar un territorio ingenioso y sorprendente, por lo insólito. La propuesta de François Ozon (adaptación de la obra teatral de Juan Mayorga “El chico de la última fila”) concita nada más empezar todo el interés y es tan bien recibida como una fruta apetitosamente exótica. Algunos diálogos además deslumbran, algunas situaciones divierten, y algunas interpretaciones (la del profe, Fabrice Luchini, en particular) dejan con la boca abierta. Pero está claro que en la casa (¿en todas las casas?) hay habitaciones de primera, de segunda y hasta de tercera. Y tampoco es una excepción esta. Por eso, en medio de una tan poderosa historia se nos instala también, y muy cómodamente, una pizca de afectación, otra de simpleza y, para que no falte de nada, otra de pedantería. Al salir de la casa, ya es otra cosa, algunas paredes se nos vienen encima. Lástima; porque hubiera resultado una película redonda, de no ser tan tramposa.