Titulo original: Na Putu
Año: País: Bosnia - Herzegovina, Austria, Alemania, Croacia
Duración: 100 min.
Dirección: Jasmila Zbanic
Guión: Jasmila Zbanic
Música:
Brano Jakubovic
Intérpretes
Zrinka Cvitešiæ, Leon Luèev, Ermin Bravo, Mirjana Karanoviæ, Marija Köhn, Nina Violiæ, Sebastian Cavazza, Jasna Ornela Bery, Izudin Bajrovic, Jasna Zalica, Luna Mijovic, Vanessa Glodjo, Alban Ukaj, Faik Mesic, Mirvad Kuric, Sanja Buric, Damir Kustura, Almir Kurt, Mirna Kreso, Samir Custovic, Mirsad Comaga, Ibrahim Spahic, Ines Erceg, Jasmin Djurovic, Romana Mandic, Brano Jakubovic, Marko Cvitanovic, Adnan Goro, Kenan Catic, Vedran Djekic, Emir Fejzic, Adnan Kreso, Mohamed El Sayed, Fatima Dzumhur, Hadzija Hadzibarjric, Sanela Krsmanovic, Merima Lepic, Alma Terzic, Ana Odic Mrsic, Dzenana Zulic, Aida Cengic, Amela Hodzic, Amir Baralic, Nahidin Mujezinovic y Dragan Kozovic.
Premios
Seleccionada para la Sección oficial del Festival Internacional de Cine de Berlín.
Premio Especial del Jurado de la Semana Internacional de Cine de Valladolid (Seminci).
Sinopsis
En Sarajevo, una pareja de enamorados, Luna (Zrinka Cvitesic) y Amar (Leon Lucev), se esfuerza por superar los obstáculos inesperados que amenazan su relación. Cuando a Amar le suspenden de empleo y sueldo por estar borracho en el trabajo, Luna teme que la situación interfiera en sus ilusiones de tener un hijo. Su preocupación se acrecienta cuando Amar acepta un empleo bien remunerado en una comunidad musulmana que está a varias horas de viaje de su domicilio. Tras perder el contacto con Amar, Luna consigue visitarlo en una comuna aislada de una secta wahhabista. Allí descubre un entorno misterioso donde las mujeres llevan velo y todo lo envuelve el ritual: un mundo donde hombres y mujeres están rigurosamente incomunicados en sus vidas cotidianas y donde impera una estricta vigilancia.
Comentario
Diez años después de la guerra, las heridas han cerrado en falso. Y falsa es también aquí cualquier relación con apariencia de placidez. Nada más imperioso que la urgencia de hacer borrón y cuenta nueva; y nada más engañoso que mirar sólo hacia fuera cuando quedan muchos desgarros dentro. Luna y Amar son en realidad las dos caras de esa moneda, por un lado está la necesidad de superar un recuerdo funesto y por otro la imposibilidad de ignorarlo. Desde que mataron a su hermano, Amar se ha quedado suspendido, se engancha al alcohol, se ata menos al futuro que al pasado. Y Luna se ha propuesto salir a flote y cierra los ojos para aguantar el tirón. Ese desfase entre ellos, esa falta de sintonía, es justamente lo que les hará trizas: ni la religión, ni la lucha diaria, ni la falta de trabajo… la discrepancia a la hora de reinventarse de nuevo, un esfuerzo ímprobo, que Jasmila Zbanic sabe trasmitir, lo tiene muy claro. Y, aunque con alguna descompensación narrativa, pero con un dúo de excelentes actores, una correcta puesta en escena y un ritmo necesariamente moroso –tanto como el desconcierto de la protagonista ante lo que está pasando- Zbanic consigue ensamblar no sólo una historia coherente, lúcida y verosímil, sino que acierta al dotarla de un aire documental, ese día a día de un mundo en fase de reconstrucción más que precaria. Casi se limita a exponer lo que hay, lo que “el mundo de fuera” ha querido olvidar tal vez demasiado pronto. Bosnia-Herzegovina estuvo un día en llamas –nos decimos ahora- pero aquello se arregló. Pues no tanto; no hay guerra que se esfume sin saldar cuentas.