Titulo original: Le vendeur
Año: 2011
País: Canadá
Duración: 107 min.
Dirección: Sébastien Pilote
Guión: Sébastien Pilote
Música:
Sébastien Lépine
Intérpretes
Gilbert Sicotte, Nathalie Cavezzali, Jérémy Tessier, Jean-François Boudreau, Pierre Leblanc, Pierre Mailloux, Sébastien Harvey, Alain E. Cadieux, Guy Vaillancourt, Michel Daigle, Bonfield Marcoux, Julie Perreault y François Soucy.
Premios
Seleccionada para el Festival de Cine de Sundance.
Sinopsis
Marcel Lévesque (Gilbert Sicotte), un perspicaz e inteligente vendedor de coches a punto de jubilarse, vive únicamente para tres cosas: su trabajo, su hija y su nieto. Ha sido “vendedor del mes” durante 16 años en el concesionario donde ha trabajado toda su carrera, en una decadente ciudad industrial. Durante un interminable invierno, mientras una importante fábrica local despide a más y más trabajadores, Marcel únicamente tiene una cosa en mente: conseguir vender sus adorados coches americanos en su nevado concesionario. Un día, vende un nuevo y flamante pick-up a Françoise Paradis (Jean-François Boudreau), uno de los empleados despedidos de la fábrica, lo que conlleva graves consecuencias que Marcel nunca pudo imaginar. Decidirá entonces emprender el viaje de sus sueños, cruzar Detroit en coche a través de la nieve.
Comentario
En el bueno de Marcel casi todo suena a antiguo, como de otro tiempo, empezando por su irremisible optimismo y siguiendo por su devoción al trabajo; lo suyo, más que dedicación, es servicio, militancia incluso, en un cuerpo –la empresa, “su” empresa- del que se siente miembro y parte esencial. La globalización no existe para él y, por tanto, el sentimiento de precariedad, ni le ha rozado…, ni el peligro, ni el desánimo. Vive sencillamente en su propio globo. Pero lejos de juzgarle, y mucho menos condenarle, Sebastien Pilote, trata con enorme respeto tanto a este soldado entusiasta de “la vieja guardia” como a la multitud de parados angustiados que la nueva situación está ocasionando. Inmensa consideración y sensibilidad con todos ellos. Para entendernos: se nota que Pilote ha elegido para su brillante debut en el largo un tema y un escenario próximos y conocidos que todavía le duelen. Pero no todo lo ha reducido a echarle corazón: el director también le pone mucho oficio, buenas maneras y ojo clínico al retratar con pulcritud y esmero un entorno en principio vulgar, tan desolado y gélido como hay tantos… pero que resulta, gracias a su cámara y a su buen gusto, cualquier cosa menos anodino. Y luego, claro, hay que contar como cuenta él con un pedazo de actor como Gilbert Sicotte. Un modelo de naturalidad y perfección a la hora de meterse en la piel de este vendedor de coches, tan entrañable como el mejor vecino. Y tan extravagante en los tiempos que corren como un marciano…