EL SILENCIO DE UN HOMBRE (1967)

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    Titulo original: Le samourai
    Año: 1967
    Fecha de estreno en España: 25-10-1968
    País: Francia – Italia
    Duración: 107 min.
    Dirección: Jean-Pierre Melville
    Guión: Jean-Pierre Melville y Georges Pellegrin, inspirado en la novela "The Ronin", de Joan McLeod.
    Música:

    François de Roubaix.


    Intérpretes

    Alain Delon, François Périer, Nathalie Delon, Cathy Rosier, Jacques Leroy, Michel Boisrond, Robert Favart, Jean-Pierre Posier, Catherine Jourdan, Roger Fradet, Carlo Nell, Robert Rondo, André Salgues, André Thorent, Jacques Deschamps, Georges Casati, Jacques Léonard, Pierre Vaudier, Maurice Magalon, Gaston Meunier, Jean Gold, Georges Billy y Ari Aricardi.

    Sinopsis

    Entre otras cualidades, El silencio de un hombre es un poema desgarrador del hombre solo. Es también, y ante todo, una película policíaca. Este samurai, llamado Jeff Costello (Alain Delon), no es sino un asesino a sueldo del hampa parisina. Asesina cumpliendo órdenes, por contrato. Un día es visto por la pianista Valerie (Cathy Rosier) cuando sale de asesinar al dueño de un club nocturno, pero ésta niega haberle visto cuando le interroga un inspector de policía (François Périer). Engañado por sus socios, tiene que defenderse en dos frentes: contra la policía y contra sus cómplices. Se organiza entonces una implacable caza, todos contra un solo hombre, que se dirige a una muerte cierta prácticamente desarmado. Una muerte deseada, organizada, como una apoteosis.

    Comentario

    La obra maestra de Jean-Pierre Melville, un director que ha aportado al género algunos títulos notables como "El ejército de las sombras", "Hasta el último aliento" y "Círculo rojo". Alain Delon creó un personaje digno de una tragedia griega, un frío y solitario asesino profesional que un día descubre que quienes lo contrataron pretenden atentar contra él. El estilo solemne y puntilloso de Melville se adapta aquí a la perfección a este thriller psicológico entre cuyos principales méritos se encuentran en la sórdida e inquietante atmósfera recreada por el competente operador Henri Decae. Tanto por su tema como por su tratamiento, "El silencio de un hombre" aparece como el final de una larga búsqueda, iniciada por Melville con "Bob le flambeur", sobre el tema de la soledad. Ninguna de las que ha mostrado antes es tan profunda y definitiva como la de aquí. Tigre perdido entre los lobos, éste último está tan solo como un hábil cazador que se ha convertido en presa orgullosa, que descubre las trampas y esquiva la jauría, y después provoca e1 toque de acoso y organiza su propia muerte.