EL REY TUERTO (2016)

Titulo original: El rey tuerto / El rei borni
Año: 2016
País: España
Duración: 87 min.
Dirección: Marc Crehuet
Guión: Marc Crehuet, basado en su obra de teatro homónima
Música: Temas musicales: “Venter”, interpretado por Ben Frost; “World Without Ground”, interpretado por Valgeir Sigurðsson; “Guardian at the Door”, interpretado por Valgeir Sigurðsson; “Gone Not Forgotten”, interpretado por Valgeir Sigurðsson; “Part I Material in D”, interpretado por Nico Muhly; “Big Reveal”, interpretado por Valgeir Sigurðsson; “Guard Down”, interpretado por Valgeir Sigurðsson; y “Some Things We Do”, interpretado por Swans.
Alain Hernández, Miki Esparbé, Ruth Llopis, Betsy Túrnez y Xesc Cabot. Seleccionada para la Sección Oficial en Competición del Festival de Cine Español de Málaga

Una cena de reencuentro de dos amigas que no se veían desde el colegio en la casa de una de ellas, con sus respectivas parejas. Lidia (Betsy Túrnez) está en paro, ocupada en una fiesta de cursillos (fotografía, danza del vientre, nueva cocina) y vive en un barrio extremo con David (Alain Hernández), un portero de discoteca reconvertido en policía antidisturbios (o, como dice él, «especialista en gestión de masas»). Lidia admira profundamente a Sandra (Ruth Llopis), su reencontrada amiga, una hipster a caballo entre el onirismo y la rebeldía, porque se fue del barrio y parece haberse «realizado». Su compañero, Nacho (Miki Esparbé), es un «documentalista social» que vive del dinero paterno. Un pequeño detalle enturbia el reencuentro: David resulta ser quien dejó tuerto a Nacho en una manifestación, al que le disparó una pelota de goma. Al principio no se reconocen, pero cuando esto sale a la luz en la cena, Nacho y Sandra deciden abandonar la casa. Pero los cuatro han quedado ya profunda e irreversiblemente marcados por la revelación. La relación de David y Sandra se tambalea y el policía decide llamar a Nacho para quedar con él y pedirle perdón. Sin embargo, pronto vuelve a surgir el enfrentamiento.

Adaptación de la obra teatral homónima de Marc Crehuet adaptada y dirigida por él mismo (esta es su ópera prima como director de cine) sobre el encuentro entre un policía antidisturbios y el manifestante al que ha dejado tuerto. La película, con únicamente cuatro actores, es una comedia negra sobre la fragilidad de las convicciones, la naturaleza de los roles sociales y la búsqueda de la verdad cuyo evidente origen teatral (el director no ha hecho nada para “airear” y poco la acción, y cuyos personajes se dirigen en el desenlace a una “cuarta pared” que puede estar justificado en un escenario pero que resulta absurdo en una película, la lastra fuertemente. Además la película adolece de falta de contextualización situando la acción en un lugar indeterminado con referencia al partido en el poder cuyas siglas no se corresponden con ninguno de la realidad española. La película tiene dos versiones con algunas sutiles diferencias, una en catalán y otra en castellano, que se rodaron simultáneamente.