EL PRÓXIMO ORIENTE (2006)

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    Titulo original: El próximo Oriente
    Año: 2006
    País: España
    Duración: 93 min.
    Dirección: Fernando Colomo
    Guión: Fernando Colomo y Joaquín Oristrell.
    Música:

    Juan Bardem.
    Temas musicales: «Shockal fire ashe».


    Intérpretes

    Javier Cifrián, Nur Al Levi, Asier Etxeandia, Ash Varrez, Lalita Ahmed, Gayathri Kesavan, Laskmi Khabrani, Laura Cepeda, Kira Miró, Carlos Olalla, Víctor Benjumea, Juan José Millás y Fernando Vivanco.

    Premios

    Premios Goya: Nominada al Goya al Mejor Actor Revelación (Javier Cifrián) y a la Mejor Canción («Shockal fire ashe»)


    Sinopsis

    Caín (Javier Cifrián) es gordo, tímido e invisible para las mujeres. Trabaja como carnicero en el barrio madrileño de Lavapiés, rodeado de inmigrantes marroquíes, bangladesíes, chinos, senegaleses, búlgaros, peruanos… Pero Caín se encuentra solo. Su familia se reduce a su hermano Abel (Asier Etxeandia), que tiene todo lo que Caín envidia: es guapo, seductor, está casado con una mujer de bandera y es padre de dos preciosas gemelas. Cuando Caín descubre que su hermano Abel, que ha huido a Canarias con su mujer y sus hijos, ha dejado embarazada a Aisha (Nur Al Levi), una atractiva vecina, hija de inmigrantes de Bangladesh, de religión musulmana. Caín sorprende a todos cuando decide hacerse pasar por el padre y asumir el mantenimiento y la educación de la criatura. Pero, ignorante de las costumbres del Islam, Caín sufre el rechazo de Shakir (Ash Varrez), el estricto padre de la chica. Y para colmo, Abel vuelve.

    Comentario

    Una comedia de Fernando Colomo que transcurre en el barrio de Lavapiés de Madrid donde más de la mitad de sus vecinos son inmigrantes, muchos de ellos sin papeles. Lavapiés, un laberinto de pequeñas calles que nació hace ochocientos años como un arrabal judío, agrupa ahora a un sin fin de razas y culturas: magrebíes, chinos, bangladesíes, ecuatorianos, senegaleses… se cruzan y mezclan con vecinos de toda la vida. La película busca ser un botón de muestra de lo que la globalización, con sus secuelas de hambre y emigración, está produciendo en las grandes ciudades europeas, planteando un diálogo y una integración. Una forma de vida en la que lo diferente sea algo de lo que podemos aprender, en lugar de algo a lo que haya que temer o combatir.