Titulo original: Le prénom
Año: 2012
País: Francia - Bélgica
Duración: 109 min.
Dirección: Alexandre de La Patellière y Matthieu Delaporte
Guión: Alexandre de La Patellière, adaptado por Matthieu Delaporte, a partir de su propia obra de teatro.
Música:
Jérôme Rebotier
Intérpretes
Patrick Bruel, Valérie Benguigui, Charles Berling, Guillaume de Tonquedec, Judith El Zein, Françoise Fabian, Yaniss Lespert, Miren Pradier, Alexis Leprise, Juliette Levant y Bernard Murat.
Sinopsis
Vincent (Patrick Bruel), cuarentón y triunfador, va a ser padre por primera vez. Con esta recién anunciada paternidad comienza a tener dudas. Y cualquier pregunta o comentario que le hacen en torno a esta nueva circunstancia solo hace que sus dudas aumenten. Invitado a cenar a casa de Élizabeth (Valérie Benguigui) y Pierre (Charles Berling), su hermana y su marido, la cosa empeora cuando se encuentra con Claude (Guillaume de Tonquédec), un amigo de la infancia. Mientras espera a Anna (Judith El Zein), su joven esposa y siempre tras él, entre el buen humor le hacen infinitas preguntas sobre su próxima paternidad, lo que le produce un tormento espantoso. Claude lo hace con humor, pero a Vincent le provoca que su angustia crezca por momentos. Y cuando le pregunta si ya ha elegido un nombre para el niño, la respuesta de Vincent sume a la familia en el caos.
Comentario
El nombre del niño que ha de nacer es sólo una disculpa, la espoleta perfecta para iniciar una batalla campal de reproches entre un grupo de amigos de toda la vida. Gente que por encima de todo se quiere. Pero salta la polémica, y sale todo fuera justamente cuando ellos se dejan de carantoñas, amabilidades y empiezan a hablar tal y como de verdad piensan y sienten. En realidad, el juego empieza casi de forma pausada y hasta inocente, simples arañazos de confianza… y va subiendo de tono, primero entre dos tipos de posturas muy diferentes: por un lado, el típico puritano de izquierdas, cerrado y sin pizca de humor, que se rasga las vestiduras ante cualquier alegato contrario a su parecer…y por otro el prototipo de triunfador de derechas, encantado de haberse conocido, peleón, zafio e incapaz de distinguir la diferencia entre una broma y una auténtica burla. Pero eso sólo es el principio. Cuando pasan de las cuestiones ideológicas a las personales, ahí sí, todo el mundo se implica irremisiblemente. Dirigida por los mismos autores de la obra de teatro original, “El nombre”/película puede presumir de una ágil adaptación a la pantalla, un estupendo guión, unos diálogos excelentes y un manojo de admirables actores. Pero no acierta siempre: da en el clavo en el registro jocoso, en la pura comedia no-tan-amable. Y no encuentra su sitio cuando se pone más o menos seria y trascendente. Tampoco son equiparables en calidad y credibilidad todos los personajes. Los dos hermanos, con diferencia, son los mejores.