Mischa Bakaleinikoff.
Intérpretes
Sinopsis
La primera nave espacial estadounidense a Venus, la XY-21, se estrella en el mar Mediterráneo frente a la costa de Sicilia. Los pescadores abordan los botes y se dirigen a la nave espacial, ingresan por un agujero en la nave espacial y sacan a dos astronautas de la nave con el morro hacia abajo antes de que se hunda por completo. En Washington DC, el mayor general AD McIntosh (Thomas B. Henry) descubre que se ha localizado la nave espacial desaparecida, pilotada por el coronel Bob Calder (William Hopper). Mientras McIntosh vuela al lugar, Pepe (Bart Bradley), un niño pequeño, encuentra y abre un cilindro translúcido marcado con «USAF» en la playa. Contiene una masa gelatinosa, que le presenta al Dr. Leonardo (frank Puglia), un zoólogo que estudia las criaturas marinas. Mientras tanto, la nieta de Leonardo, Marisa (Joan Taylor), una estudiante de medicina de tercer año, es convocada para cuidar a los astronautas heridos. Cuando Calder recupera la conciencia, encuentra a su compañero de tripulación, el Dr. Sharman (Arthur Space), en los últimos estertores de la enfermedad fatal que mató a sus otros ocho tripulantes. Después de que Marisa regresa al tráiler compartido con su abuelo, una pequeña criatura sale del huevo y Leonardo la encierra en una jaula. Por la mañana, la criatura ha triplicado su tamaño. McIntosh llega, acompañado por el científico Dr. Justin Uhl (John Zaremba) y se reúne con dos representantes del gobierno italiano, informándoles que la nave espacial ha regresado de Venus. Leonardo y Marisa enganchan el remolque a su camión y se dirigen a Roma. La nave espacial de Calder llevaba un contenedor de metal sellado con una especie venusiana por nacer. Mientras los buzos de la policía comienzan a buscarlo, McIntosh ofrece una recompensa de medio millón de liras por la recuperación de la cápsula, lo que hace que Pepe los lleve al contenedor vacío. Cuando Pepe les dice que vendió la masa al Dr. Leonardo, McIntosh y Calder lo persiguen. Esa noche, Leonardo descubre que la criatura ha crecido hasta alcanzar el tamaño de un humano. Poco después, sale de la jaula y se dirige a una granja cercana, aterrorizando a los animales. La criatura come azufre y abre varias bolsas que descubre en un granero. Mientras se alimenta, la criatura es atacada por el perro del granjero y la criatura mutila al perro, alertando al granjero. Calder y los demás llegan al granero, atrapando a la criatura dentro. Calder explica que la criatura no es peligrosa a menos que la provoquen. Sin embargo, lo provoca al tratar de empujar a la criatura con un palo a un carro con forma de jaula, y la criatura hiere al granjero después de que apuñala a la criatura con una horquilla. Después de que la criatura sale del granero y desaparece en el campo, el comisario de policía insiste en que debe ser destruida. Después de que el gobierno italiano le otorga a Calder el permiso para capturar a la criatura viva, él diseña un plan para atraparla con una red eléctrica lanzada desde un helicóptero. La policía italiana realiza su propia persecución, disparándole con lanzallamas. Los disparos tienen poco efecto sobre la criatura, ya que no tiene corazón ni pulmones. Consciente de que el azufre es el alimento preferido de la criatura, Calder usa bolsas de azufre como cebo, atrayendo a la criatura a un lugar apartado y sometiéndola con una sacudida eléctrica de la red. Más tarde, en la Embajada de Estados Unidos en Roma, McIntosh informa al cuerpo de prensa y permite que tres reporteros vean a la criatura, que ha sido colocada en el zoológico de Roma. Allí, Calder explica que la criatura está siendo sedada con una descarga eléctrica continua para que pueda ser estudiada. Marisa, que está ayudando a su tío, comienza a coquetear con Calder. Repentinamente, la criatura, ahora en tamaño gigantesco, lucha contra un elefante del zoológico y hace que los clientes aterrorizados se apresuren. Llevando su lucha a las calles de Roma, las dos bestias destruyen coches y dañan edificios. La criatura mutila al elefante y continúa su alboroto. Calder embiste a la criatura con su coche y la sigue hasta el río Tíber, donde se sumerge. Los soldados lanzan granadas al río y la criatura sale a la superficie, destruyendo el Ponte Sant’Angelo. Se dirige al Coliseo y destruye un templo antiguo, matando a algunos soldados. Cuando la criatura desaparece en las ruinas, Calder carga tras ella con un grupo de soldados que transportan bazuca, llevándola a la parte superior de la estructura. Calder hace blanco con un bazooka. El fuego directo de un tanque luego destruye la repisa a la que se aferra la criatura y se precipita hacia su muerte. Una Marisa aliviada corre hacia los brazos de Calder.
