EL MANANTIAL DE LA DONCELLA (1960)

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    Titulo original: Jungfrukällan
    Año: 1960
    País: Suecia
    Duración: 89 min.
    Dirección: Ingmar Bergman
    Guión: Ulla Isaksson.
    Música:

    Erik Nordgren


    Intérpretes

    Max von Sydow, Birgitta Valberg, Gunnel Lindblom, Birgitta Pettersson, Axel Düberg, Tor Isedal, Allan Edwall, Ove Porath, Axel Slangus, Gudrun Brost, Oscar Ljung, Tor Borong y Leif Forstenberg.

    Premios

    Oscar a la Mejor Película en Lengua no inglesa. Nominada al Oscar al Mejor Diseño de Vestuario en blanco y negro.

    Globo de Oro a la Mejor Película de habla no inglesa.

    Premio de la Crítica y Mención Especial del Festival de Cannes.

    Espiga de Oro de la Semana Internacional de Cine de Valladolid.


    Sinopsis

    Karin (Birgitta Pettersson), hija de Töre (Max von Sydow) y Märeta (Birgitta Valberg), recibe el encargo de llevar a la iglesia, de acuerdo con la tradición, la ofrenda de velas que todos los años se dedica a la Virgen María. En el viaje, a través del bosque, la acompaña Ingeri (Gunnel Lindblom), una muchacha recogida en casa de Töre, que espera un hijo a pesar de ser soltera y que odia a Karin en secreto por su virtud. El odio de Ingeri mueve a ésta a aprovechar la ocasión que el viaje le ofrece para intentar causar un mal irreparable a Karin. Cuando pasan por el molino donde vive un viejo adorador de Odín, Ingeri se las arregla para buscar en él ayuda a sus propósitos. Entre tanto, Karin ha encontrado a unos pastores con los que se detiene a conversar. Estos la convencen, valiéndose de su inocencia, para que se siente con ellos a comer, pero en el transcurso de la comida la atacan salvajemente, la violan y la matan. Ingeri presencia la tragedia sin decidirse a intervenir. En el lugar en el que ha muerto Karin surge un manantial de agua cristalina.

    Comentario

    Ingmar Bergman lleva a la pantalla una leyenda medieval de Escandinavia, narrada con una enorme fuerza visual y cruzando los tradicionales elementos de la iconografía católica con otros paganos. Fue la película con la que Bergman cerró una etapa de su trayectoria, marcada por la tradición ("El séptimo sello"). El filme ganó el Oscar y fue imitado hasta la saciedad, en algunos casos cambiando los elementos y el género.