Titulo original: El inquilino
Año: 1957
Fecha de estreno en España: 24-02-1958
País: España
Duración: 90 min.
Dirección: José Antonio Nieves Conde
Guión: Manuel Sebares Caso, José María Pérez Lozano y José Antonio Nieves Conde, según un argumento de José Luis Duro.
Música:
Miguel Asins Arbó.
Temas musicales: “Madrid”, interpretado por Luis Ligero.
Intérpretes
Fernando Fernán-Gómez, María Rosa Salgado, José Marco Davó, Paco Camoira, Pedro Beltrán, Jesús Narro, Mercedes Muñoz Sampedro, Manuel de Juan, Manuel Alexandre, Fernando Sancho, Francisco Bernal, Félix Fernández, José María Lado, Julio Sanjuán, José María Lado, Lydica Sanclemente, Amelia Ortas, Manuel Flores, Mari Carmen Alonso, Francisco René, José María Rodríguez, Antonio Vela, Leo Anchoriz, Pilar Rodero, Carmen Sánchez, Manuel Aguilera, Rafael Alcántara, Pedro Valdivieso, Estanislao Demowlasky, Pepita Ruiz, Tony Rubio, Aníbal Vela, Mariano Ozores, Ignacio Paul, Antonio Martínez, Julio Goróstegui, Joaquín Vidriales, Teófilo Palou, Luis Domínguez Luna,Antonio Aullón, Fernando Sala, Alfonso Vidal, Angel Calero, Ángel Alvarez, Rodolfo del Campo, Javier Dastis, José Martí Orus, Fernando Isaac, Goyo Lebrero, Francisco Gómez Delgado, Víctor Meras, Tomás Elizalde, Manuel Domínguez Luna, Manuel Soriano, Juan Cazalilla, María Teresa Vilar, Enrique Pelayo, Laura Valenzuela, Carmen Porcel, Rafael Calvo Revilla, Rosa Fuser, Nora Sansó, Milagros Guijarro, Juanita Cáceres, Amalia Ariño, María del Valle, Florinda Martín, José Luis López Vázquez, Eloísa Muro, Erasmo Pascual, Mario Moreno.
Sinopsis
Marta (María Rosa Salgado) y Evaristo (Fernando Fernán Gómez) forman un matrimonio que vive, con cuatro hijos, en un edificio a punto de ser demolido de una modesta calle madrileña. Evaristo, que trabaja como practicante, es un hombre despistado y a menudo apurado para cubrir el presupuesto mensual de la familia. Un mal día, por fin, le anuncian el derribo del edificio en el que viven. Las semanas se echan encima y una mañana, al despertar, Evaristo oye las voces de los obreros. Consigue que les permitan trasladarse al principal: así dispondrán, mientras comienzan a derribar el edificio por el tejado, del tiempo suficiente para firmar el contrato de alquiler de una nueva vivienda prometida por cierta agencia. Para encontrar piso acude a un cliente millonario, acude a la agencia y callejea sin cesar detrás de anuncios salvadores, buscando afanosamente un nuevo piso en el que cobijarse. Las palabras en las inmobiliarias o en los despachos son muchas, pero los hechos pocos, nadie es capaz de ayudarles. Sólo en una ocasión parece que Evaristo va a poder resolver su problema, pero la casa está a muchos kilómetros del lugar de trabajo y requiere una inalcanzable cuota de entrada y evidencia su deleznable construcción, por más que la pintura y las palabras del agente inmobiliario, quieran encubrirlo. Mientras, Marta sigue desesperada esta historia de fracasos. Finalmente los obreros alcanzan el principal, sin que Evaristo haya encontrado un nuevo cobijo, aunque ha llegado a vestirse de Don Tancredo para ganar un poco de dinero en la plaza de toros de un pueblo vecino. Evaristo, Marta y sus cuatro hijos asisten impotentes a la evacuación de sus muebles y tienen que salir a la calle con sus bártulos a la espera de una solución. En plena vía pública, rodeados de vecinos y sorprendidos transeúntes, Evaristo sabe que ha recuperado la confianza de Marta. Una fila de biombos caricaturiza tiernamente los muros de la casa no encontrada.
Comentario
Una feroz crítica al problema de la vivienda durante el franquismo envuelta en un tono de comedia a la que la omnipresente censura de la época impuso un final feliz, falso a todas luces a esta tragedia de una familia en busca de un piso. Está dirigida por José Antonio Nieves Conde ("Balarrasa", "Surcos", "Los peces rojos"), un director que, influido por el neorrealismo italiano, firmó en "Surcos" una de las mejores crónicas sociales del cine español de la época. El propio Nieves Conde, en los años 70, cuando recuperó el control de la película, la retiró de la circulación, impidiendo cualquier proyección pública de ella. El final original, "feliz", fue impuesto por la censura. Ya en el siglo XXI se pudo recuperar la película poniéndole su desenlace original, bastante terrible, ya que las imágenes no habían sido destruída.