EL CIRCO (1928)

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    Titulo original: The circus
    Año: 1928
    País: EE.UU.
    Duración: 71 min.
    Dirección: Charles Chaplin
    Guión: Charles Chaplin,
    Música:

    Charles Chaplin.


    Intérpretes

    Charles Chaplin, Allan Garcia, Merna Kennedy, Harry Crocker, George Davis, Henry Bergman, Tiny Sandford, John Rand, Steve Murphy, Doc Stone, Albert Austin, Charles A. Bachman, Eugene Barry, Jack Bernard, Stanley Blystone, Heinie Conklin, Bill Knight, Toraichi Kono, H.L. Kyle, Betty Morrissey, L.J. O'Connor, Jack P. Pierce, Hugh Saxon, Armand Triller y Max Tyron.

    Sinopsis

    Un patoso vagabundo (Charles Chaplin) se ve acosado por la policía por un absurdo malentendido, lo que le lleva a protagonizar una accidentada persecución por las instalaciones de una feria en la que está instalado un circo ambulante. El vagabundo irrumpe en la pista del circo provocando la hilaridad del público. El dueño (Allan Garcia), sorprendido por la facilidad por meterse en líos del pobre desdichado, decide contratarle para entretener a un público cada vez menos asiduo. Para colmo de males, la nueva estrella del cochambroso circo se enamora de la joven amazona Merma (Merna Kennedy), que es maltratada por el propietario. Charlot se enfrenta a él. No obstante la llegada de Rex (Harry Crocker), el elegante funambulista, seduce a la joven. Charlot intenta en vano competir con su rival en el alambre y en el corazón de la joven pero, al fin acepta su suerte y consigue la felicidad de la pareja. Cuando la caravana emprende la marcha, Charlot permanece solo en el suelo vacío del circo. Pero, venciendo su melancolía, se dirige hacia nuevas aventuras.

    Comentario

    Un largometraje maldito para Charles Chaplin no sólo por los continuos accidentes que convirtieron su filmación en un auténtico infierno, sino por el relativo éxito comercial de la cinta, algo que no impidió que cosechara un Oscar (aunque realmente se tratase de un premio honorífico al genial cineasta por su incontestable aportación al séptimo arte). Chaplin volvería a montar la película en diversas ocasiones, añadiendo incluso una canción en la que ejerció de solista, y que sin duda aportó una dimensión más emotiva y cercana al espectador a un filme no del todo perfecto, pero lleno de momentos inolvidables, como su persecución inicial, la de los espejos, la lucha de Charlot con los monos sobre el alambre o una prodigiosa escena final.