EL CASTILLO DE LA PUREZA

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    Titulo original: El castillo de la pureza
    Año: 1972
    País: México
    Duración: 110 min.
    Dirección: Arturo Ripstein
    Guión: Arturo Ripstein y José Emilio Pacheco.
    Música: Joaquín Gutiérrez Heras y temas Zen. Canciones: Angélica María.

    Intérpretes

    Claudio Brook, Rita Macedo, Arturo Beristain, Diana Bracho, Gladys Bermejo, David Silva, María Barber, María Rojo, Inés Murillo, Cecilia Leger, Emma Roldan y Andrea del Llano.

    Sinopsis

    En su vieja casa, Gabriel Lima (Claudio Brook) fabrica un raticida con la ayuda de su esposa Beatriz (Rita Macedo) y de los hijos de la pareja: la adolescente Utopía (Diana Bracho), el joven Porvenir (Arturo Beristain) y la niña Voluntad (Gladys Bermejo). A lo largo de dieciocho años, Gabriel no ha dejado salir de la casa a sus familiares, imponiéndoles una severa disciplina y encargándose él mismo de la educación de sus hijos, cuyas faltas, aún las más mínimas, castiga con el encierro en una jaula. Fuera de su casa, Gabriel come la carne que prohibe a los suyos, sometidos por él a un régimen vegetariano, se acuesta con una prostituta y hace proposiciones sexuales a la joven de una tienda, ofreciéndole dinero. Un día, Gabriel sorprende los escarceos eróticos de Utopía y Porvenir en el asiento trasero del automóvil sin uso que tiene en la casa. Furioso, Gabriel golpea a sus hijos y los castiga duramente. Después de que Porvenir intenta rebelarse, sin ningún éxito, Utopía, muy asustada, escribe una carta denunciando la situación de la familia, y la tira a la calle. Nadie recoge la carta, empapada y borrosa por la lluvia, pero la joven de la tienda denuncia a Gabriel a la policía por fabricar su raticida sin permiso. Cuando la policía llega a su casa para detenerle, Gabriel trata en vano de provocar un incendio en su casa. Con Gabriel detenido, la familia queda esperando el regreso del padre.

    Comentario

    Película inédita en las pantallas españolas, basada en un hecho real, es la primera gran obra de Arturo Ripstein y la que le da a conocer internacionalmente. Se trata de una película en la que ya se apuntan los temas que Ripstein irá desarrollando posteriormente: marginalidad, claustrofobia, podredumbre, el sentimiento de culpa, la brutalidad de la vida, el sexo como mezcla de brutalidad y delicadeza... Ripstein utiliza la trama del filme, una familia encerrada, como microcosmos de la sociedad del momento, y a ello no son ajenos los nombres elegidos para los hijos del protagonista que los mantiene esclavizados: Utopía, Porvenir y Voluntad.