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Sinopsis
Esteban (Ricardo Darín) es un taxidermista introvertido y agobiado, casi ausente, que vive obsesionado con embalsamar animales y recordar lugares, nombres, cifras o detalles aparentemente insignificantes con su prodigiosa memoria temporal y fotográfica. Esteban, que padece ataques de epilepsia, tiene una vida mediocre, un trabajo mal pagado y una mujer que lo abandona dejándole una fría carta de despedida. Tiene también una fantasía, que convive con una obsesión grande: cometer un crimen perfecto, y un colega, Sontag (Alejandro Awada). Vive obsesionado con que los policías son demasiado estúpidos para encontrar a los ladrones y los ladrones son demasiados estúpidos para cometer el crimen. Durante los últimos años, una y otra vez ha planeado e imaginado los asaltos más perfectos y exitosos, siempre a fuerza de una inteligencia que, según él, lo diferencia de lo que pasa allí afuera, la lucha de tontos contra tontos: policías y ladrones. Él se siente muy confiado de que haría un golpe perfecto mejor que nadie y nunca sería descubierto. Alejado de su hábitat urbano y llevado a los lejanos bosques del sur a compartir una jornada de caza, Esteban es invitado a ir de cacería con un compañero. Mantienen una discusión en el medio del bosque y se separan cada uno por su lado. Llegado un momento, cree ver un ciervo y dispara a un hombre. Al acercarse al cuerpo nota que lo ha matado. El trágico accidente lo conecta inesperadamente con la posibilidad de ejecutar un verdadero delito: el asalto a un camión blindado que lleva las ganancias de un casino de la zona. Movido primero por una morbosa curiosidad, y más tarde por una inexorable corriente de acontecimientos, el taxidermista se verá proyectado hacia sus fantasías, armando pieza a pieza un rompecabezas que lo irá encerrando sin remedio.