EL APÓSTATA (2015)

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    Titulo original: El apóstata
    Año: 2015
    País: España – Francia – Uruguay
    Duración: 80 min.
    Dirección: Federico Veiroj
    Guión: Gonzalo Delgado, Álvaro Ogalla, Nicolás Saad y Federico Veiroj

    Intérpretes

    Álvaro Ogalla, Marta Larralde, Bárbara Lennie, Juan Calot, Andrés Gertrudix, Joaquín Climent, Vicky Peña, Jaime Chávarri, Kaiet Rodríguez, Rafael Rodríguez Hidalgo y Israel Fernández

    Premios

    Mención Especial en el Festival de Cine de San Sebastián

    Sinopsis

    Álvaro Tamayo (Álvaro Ogalla) un joven burgués que intenta que la que la Iglesia Católica le borre de sus registros como católico bautizado. Apostatar ante jurisdicciones, autoridades, burocracias y otras membresías vitales parece el salvoconducto necesario, una cura para la claudicación del pasado y la bienvenida del futuro de Tamayo, verdadero antihéroe. Tamayo sabe que no quiere ser lo que era antes, o lo que estaría condenado a ser si siguiera mansamente los preceptos filiales, pero encontrar ese otro modo cuesta mucho trabajo, y tal vez para dar un primer paso sea necesario poner en palabras el sentimiento. Durante este proceso de búsqueda y cuestionamiento se colarán la vieja e intermitente relación que mantiene con una prima, los recuerdos del despertar sexual, algunos pecados de niño cruel, el vínculo con una espiritualidad forastera, sus dificultades para seguir el camino paterno como un trabajador estable, la posibilidad de un cambio, las promesas y las mieles de una madurez nueva.

    Comentario

    La historia un joven que desea emanciparse de aquello que se escapa de su control, y apostatar, de una forma legal, de su fe católica en la que fue bautizado, a la vez que dispara contra sí mismo. La película está dirigida por el cineasta hispano uruguayo Federico Veiroj (Montevideo, 1976), director de “Acné” y “La vida útil”, e inspirada en episodios de la vida real de Álvaro Ogalla, amigo del director, que también protagoniza el filme. Su personaje, llamado Tamayo, hace un recorrido regresivo de su propia vida, una tarea difícil para cualquier actor (Ogalla era la primera vez que se colocaba ante una cámara) para lograr un personaje que genera constante interés en el espectador.