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Sinopsis
Laura (Barbara Lente) y Daniel (Juan Diego Botto), son un joven y feliz matrimonio de maestros muy compenetrados. Un día, en su escuela, Daniel recibe la visita por sorpresa de Mario (Marc Rodríguez), un antiguo compañero de infancia que le trae recuerdos de un pasado que creía superado. El hombre le insiste en que le acompañe a ver a su hija, a lo que Daniel se niega. Mario se acaba suicidando y Julia insta a su marido a acudir al funeral. Allí descubrirán que Julia (Mágica Pérez), la pequeña hija del fallecido, no es reclamada por nadie, por lo que va a ser recluida en un hospicio. Laura insiste en acoger a la niña, aunque sea de forma temporal en su casa, lo que a Daniel no parece hacerle mucha gracia. Poco a poco la presencia de la niña va haciendo que Daniel se sienta desplazado y recordará como con muy pocos años, él, Mario y la hermana pequeña de este, formaban una pandilla de juegos, aunque los dos chicos procuraban deshacerse siempre que podían a la chica. Un día, jugando en un cementerio, descubren una tumba excavada a la que aún no se ha introducido ningún ataúd. Daniel y Mario obligarán a la chica a que baje a la tumba y se tumbe en el fondo. Pero la tierra escavada se desmorona cayendo sobre ella, enterrándola y matándola. El malestar aumenta cuando empieza a sentir como amenazas algunas de las acciones de la niña y a ver en ella las claves de aquel pasado terrorífico que había decidido enterrar y que ahora vuelve a reaparecer y termina por alcanzarle cuando identifica a la Julia con aquella niña de su infancia, hermana de Mario. Mientras, Laura viaja a la ciudad porque la abuela de Julia la reclama, Daniel intentará drásticamente deshacerse de la amenaza de su pasado.