Intérpretes
Sinopsis
Madrid, 1977. Federico Solá (Alberto San Juan) es un prestigioso hombre del teatro independiente que quiere debutar como director de cine con un drama social, “Encerrados en la mina”, que ha escrito con su amigo, compañero y actor del grupo de teatro. éste le lleva una noche a un club a ver la actuación de Silvia Conde (Natalie Poza) una folclórica en decadencia, antigua niña prodigio del franquismo, ya que su presencia en el filme como protagonista, ayudaría a poner en pie el proyecto de la película que ambos han escrito. Para la folclórica, su inclusión en el largometraje sería volver al candelero dando un interesante giro social a su trayectoria, por lo que busca a su amigo y descubridor, el productor José María Culebras (Miguel Rellán) para que saque adelante el proyecto. Culebras es un productor capaz de vender a su hermano a cambio de muy poco, al que no le queda más remedio que lanzarse a producir el filme porque su única fuente de financiación es un constructor de más escasa reputación aún que él mismo, cuyo último capricho es acostarse con la folclórica. Pondrá dinero en el filme si Culebras le garantiza que se podrá llevar a Silvia a la cama. Comienza así un rodaje en el que todos verán en la película su última oportunidad para cumplir sus sueños. Poco o nada les importarán las ideas de los demás: Culebras intentará hacer una película erótica, Federico un drama social, Silvia, que nada sabe de lo que se traen Culebras y el constructor, un musical y Benito, un actor tartamudo que ha tenido una herencia que quiere invertir en el filme si le dan un papel, una de aventuras fantásticas. Cuando Federico no está presente, Culebras rueda en secreto los números eróticos; además el nuevo director general de cinematografía, a cambio de no poner problemas con la censura, exige un papel para él y, para colmo, Federico acabará enamorándose de Silvia, iniciando con ella una relación secreta que parece que no conoce nadie.