Titulo original: Crebinsky
Año: 2011
País: España
Duración: 90 min.
Dirección: Enrique Otero
Guión: Enrique Otero y Miguel de Lira.
Música:
Pablo Pérez
Intérpretes
Miguel de Lira, Sergio Zearreta, Luis Tosar, Celso Bugallo, Patricia de Lorenzo, Manuel Cortés, Oliver Schultz, Farruco Castromán, Yolanda Muiños, Iván Marcos, Jorge Tabeada, Antía Baget, Óscar Pombo, Manuel Cortés, Oliver Bigalke, Roberto Sánchez "Luna", Pepe Soto y Danny Raatzke.
Premios
Premio al Mejor Guión en el Festival de Málaga de Cine Español.
Sinopsis
Un lugar de la costa de Galicia durante la Segunda Guerra Mundial. Los hermanos Crebinsky, Feodor (Miguel de Lira) y Mijail (Sergio Zearreta) viven de recoger las crebas, lo que el mar arroja a la costa en un sitio perdido del fin del mundo, al que ellos mismos también llegaron como crebas, cuando tras la muerte de sus padres cuando les cae un árbol encima, una riada los arrastra hasta aquel lugar junto a su vaca Muchka, que es casi como un tercer hermano para ellos. Aislados de los acontecimientos bélicos que les rodean, crecen al pie de un faro construyendo su propio mundo recogiendo lo que el mar arroja. Un día encuentran a un paracaidista alemán moribundo. Los hermanos se quedarán con el localizador que lleva y una patrulla alemana en busca del paracaidista, se volverá loco recorriendo los intrincados caminos de la Galicia más profunda, siguiendo la señal en busca del paracaidista. Y mientras los hermanos, ajenos a todo, guiados por su vaca, inician un viaje existencialista que los llevará hacia su origen e incluso para el menor de ellos, a reencontrarse con el amor de su infancia para acabar descubriendo de donde vienen.
Comentario
Rezuma “Crebinsky” nostalgia de la infancia o, para ser exactos, nostalgia de la inocencia, esa que los adultos cambiamos alegremente por simpleza, cuando no mera tontería. Este es “el reino de lo peculiar” un puro juego de niños, algo peligroso y mordaz, aunque también tierno, terrible, onírico y sobre todo, demencial. Es sencillamente otra dimensión, otra cosa. Seguramente de ahí, de “Crebinsky” y hierbas tan lúcidas y lúdicas como ella, viene eso de “la coña marinera”. En todo caso, queda claro que Enrique Otero la lleva (la coña) bien metida en la cabeza y sabe además manejarla. Tampoco de sentido plástico anda mal: escoge perfectamente los encuadres y secuencias y, como buen cineasta, respeta lo que la imagen –igual que el mar- devuelve siempre por sí sola; si acaso, añade cuatro palabras, las justas, y una música de lo más acertada. Y así, despacio, con buena letra, un admirable Miguel de Lira y unos minutos de una animación encantadora, nos vamos adentrando -como Alicia en el País de las Maravillas- en el “universo Crebisnky”, un charco de fascinación, utopía, espíritu burlón y desesperanza; la crónica, ni más, ni me nos, de la estupidez humana. Por contener, la película con tiene hasta un ingenioso festival de reciclaje anticonsumista. A través de andanzas chuscas, puro sainete (un puntazo, la “Loli Marlen”) y un tono de parodia puñetera discurre la historia durante la Segunda Guerra Mundial; aunque, la verdad, el mar nos siga devolviendo, aquí y ahora, la misma insensatez suicida.“Crebinsky” o, lo que es lo mismo: una “gallegada” fantástica y genial.