Intérpretes
Sinopsis
Audrey Burke (Halle Berry) no puede creer lo que acaba de contarle la policía local: su tierno y cariñoso marido Brian (David Duchovny), el padre de sus dos hijos pequeños, Harper (Alexis Llewellyn) y Dory (Micah Berry), ha sido asesinado por unos desconocidos. Acostumbrada a una vida llena de amor y comodidad después de once años de matrimonio, Audrey se siente perdida. En el velatorio aparece Jerry Sunborne (Benicio Del Toro), un drogadicto amigo de su marido desde la infancia. A Audrey nunca le hizo demasiada gracia Jerry, pero debido a que sabía que su esposo le admiraba y le respetaba, y para no hundirle en su soledad y tristeza, cree que es el momento de darle una oportunidad. Por ello localiza de nuevo a Jerry en una clínica en la que se administra metadona y, desesperada por llenar el vacío dejado por la muerte de su marido, le ofrece la habitación del garaje, convertida en cuarto de invitados tras un incendio que asoló el recinto, con la esperanza de que pueda ayudarles, a ella y a los niños, a enfrentarse a tan inesperada pérdida. Jerry libra una batalla diaria para alejarse de las drogas, pero su inesperado papel como padre sustituto y amigo del hijo y de la hija de Audrey le aporta una desconocida capacidad de recuperación. Los frágiles lazos que unen a Jerry y Audrey amenazan constantemente con romperse mientras intentan sobrevivir al dolor y a la renuncia. Jerry comienza a asistir a reuniones de drogadictos anónimos, en una de las cuales conoce a otra adicta, Kelly (Alison Lohman). En un principio parece que la vida de Jerry va camino de la recuperación total, pero no tarda en recaer, sumiéndole en un estado de dependencia total, no muy distinta de la que sufre Audrey con respecto a él, una dependencia del pasado con su marido, con el que mantuvo 11 años de feliz matrimonio y de un futuro sin él.