Intérpretes
Sinopsis
En el sur del continente africano se encuentra un país de extensos horizontes, cielos despejados e impolutos y belleza extraordinaria, Namibia, conocida por muchos como la joya de Africa. Una tierra de contrastes, Namibia es el hogar del inmenso Namib, el desierto más antiguo del mundo, y que cuenta con un siniestro paisaje, enormes dunas, los colores más variados que se hayan visto jamás y la sensación de inmensidad infinita. Namibia es uno de los lugares más impresionantes del mundo. El desierto se encuentra en la orilla de la escarpada e inhóspito Costa Skeleton, una de las costas más peligrosas y áridas del planeta. Decenas de barcos y marineros han encontrado allí su fin, fomentando así el aura misteriosa e impenetrable de esta costa. A pesar de las condiciones tan extremas de este entorno tan duro, manadas de caballos salvajes vagan libremente entre las dunas de la inmensa Damibia. Estos caballos no son autóctonos de la zona, pero de alguna manera han conseguido sobrevivir. Alimentándose vorazmente durante las poco frecuente épocas de lluvias, estos animales se han hecho así mismo para sobrevivir a los difíciles y malos tiempos de sequía. Muy poca gente los conoce y pocos son los que los han visto o fotografiado. En 1914, nace Lucky a bordo de un buque de abastecimiento alemán, durante una fuerte tempestad, que transporta a su madre y a otros caballos de tiro hacia una ciudad minera de Africa. Arrancado del lado de su madre poco después de su llegada y abandonado para arreglárselas por sí mismo en un medio completamente nuevo para él, Lucky es adoptado por Richard (Chase Moore), un huérfano, mozo de cuadra. Cuando la gente del pueblo tiene que huir debido a una guerra, Lucky, es abandonado y despojado de su joven compañero y cuidador. Sin ninguna otra alternativa más que aventurarse en el indomado desierto, Lucky conoce la vida salvaje y a Nyka (Maria Geelbooi), una niña bosquimana que le enseña a sobrevivir. Lucky regresará al pueblo minero, ahora destruido, donde por primera vez conoció la amistad