Antón García Abril.
Intérpretes
Sinopsis
Las mujeres de hoy están inquietas, nerviosas. Es el mundo el que está inquieto. Se siente amenazado, desconcertado, en desasosiego. Y el pequeño mundo de la vida matrimonial, también. Proliferan las separaciones, la desunión. Como la vida anda quebrada, el hogar, espejo de la vida, se agrieta. Mario (Arturo Fernández) y Teresa (Teresa Gimpera) son un matrimonio de nuestro tiempo. Él trabaja de vendedor y ella la consabida vida de ama de casa española. Él, mandón y gritón, apenas hace caso a su esposa, ya que vive sólo para el trabajo. Viven aquí, pero podrían vivir en cualquier país del mundo. Tienen su problema. ¿Y cuál es el problema de la mujer? El hombre. El hombre se siente importante. Trabaja, prospera. El hogar va a su remolque. Sin darse cuenta cae en el egoísmo, que le impide ver lo verdaderamente importante. Porque la mujer no va detrás, sino a su lado. Y hay que reconocerlo, decírselo. Su mundo, la casa, los hijos, es igualmente nuestro no por posesión, sino por entrega. Cuando Teresa tiene su toque de rebeldía, puede hacer dos cosas: resolverlo con vehemencia o con ingenio. Y elige el mejor. Le da una airosa vuelta a la tortilla. Y éste se dora por los dos lados. Un día, una amiga sugiere a Teresa que cambie de look. A partir de entonces, ella trabajará y él se dedicará a la casa, pero la rotura de una pierna de Mario cambiará muchas cosas… Mario recibe una eficaz lección. Y ella también. Las fisuras se unen con el más compacto cemento: el amor. Mario y Teresa crean, en sí mismos, la esperanza de una vida mejor.